El nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores suma ya 16 años con altibajos y quiere cumplir 20 como regidor capitalino
Los políticos suelen mantener una tendencia que se resume en crecer, permanecer y decaer. Salvo el extraño caso de Miguel Anxo Fernández Lores, doctor en Medicina aunque alcalde de Pontevedra de profesión. Si las encuestas no fallan pasará a la historia local y se convertirá en Mister Lérez tras haber protagonizado lo imposible: ser alcalde gracias a los votos del PSOE, hundirse en votos pero seguir en el cargo gracias a que el PSOE le cerró el paso al PP aun a costa de sus propios intereses, y resucitar a continuación en 2015 al conseguir 12 concejales, primera fuerza, suficiente para poder gobernar con cierta comodidad ante una oposición muy dividida, que incluso amagó con una cuestión de confianza. Los sondeos dicen que podría conseguir ahora la mayoría absoluta, lo que abriría un nuevo capítulo en el libro de la política municipal. Lo hará con el BNG, fuerza minoritaria en todas las elecciones -el pasado mes de abril fue la quinta, por debajo de PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos- . El doctor Lores es un gigante en su parcela pero pasa desapercibido en cuando sale fuera del Lérez: su apoyo es personal a un modelo de ciudad que ha triunfado. Y que según José Rivas, alcalde 12 años, consiste en reducir Pontevedra: en tráfico, comercio e industria. Lo que queda es una ciudad donde sus vecinos aseguran tener una alta calidad de vida y que se mantiene por lo de siempre, su condición de capital de provincia.
