MIGUEL CABANELA Operó al Rey Juan Carlos y es sobrino de Cunqueiro

“En Estados Unidos, con todo lo rico que es, no hay hospitales como Éste de Vigo”

El doctor Miguel Cabanela, con su esposa, Rosa, y César Cunqueiro, hijo del escritor.
photo_camera El doctor Miguel Cabanela, con su esposa, Rosa, y César Cunqueiro, hijo del escritor.
 Miguel Cabanela estuvo en la primera línea mediática en 2013 cuando fue le tocó operar al Rey Juan Carlos tras la rotura de su cadera en la famosa cacería de África.

Cabanela (Mondoñedo, 1942) estuvo ayer de visita por el Álvaro Cunqueiro, con el que mantiene una relación especial: él mismo era sobrino y ahijado de Cunqueiro. Está convencido de que le habría gustado a su tío el hospital vigués, que le ha dejado fascinado. Es cirujano ortopédico y ha pasado toda su vida profesional en la famosa Clínica Mayo, de Estados Unidos, en la que trabajan más de 3.700 médicos y científicos, aparte de un personal de apoyo de 50.000 personas. De la operación al ahora Rey emérito no quiere añadir más.
Cabanela nació en Mondoñedo, en 1965 se graduó en Medicina y se casó con Rosa, de Bilbao, de la que se hizo novio en Santiago, ella estudiaba entonces Matemáticas. 


¿Por qué se fue a trabajar a Estados Unidos?
Tenía la idea de probar fuera de España. Sabía algo de alemán, fui allí pero no había oportunidades para los extranjeros, los alemanes tenían preferencias y las posibilidades para los extranjeros eran de ínfima categoría. Le escribí a un amigo que estaba en EEUU y me dijo que fuera, estudié inglés seis meses, hice el examen y nos fuimos a un hospital de segunda o tercera en Des Moines, Idaho. Desde allí mandé peticiones a todos los hospitales del país para hacer la residencia, era difícil porque los locales tienen preferencia, pero de alguna forma lo conseguí gracias a un gran cirujano que me ayudó mucho entonces, un judío gigantesco, de 1,90 y 150 kilos, un tío enorme, con una mano como una zarpa de oso. Me ayudó guiándome en operaciones, de rodilla.


Y así entró la prestigiosa Clínica Mayo
Tenía un buen currículum pero así entré. Fue una de las primeras clínica que me dio una entrevista y fue bien, porque me aceptaron, hice toda la residencia allí, trabajé como un león, demasiado, terminé allí y volví a España. Estaba en Barcelona, no me encontraba bien en el trabajo, no era feliz, total que le escribí a mi jefe en Estados Unidos y me dijo que tenían trabajo para mí. Volví a la Mayo y allí estuve el resto de mi vida, estuve en el staff cerca de 40 años y ahora sigo en la plantilla supletoria, sin sueldo, hago lo que quiero y tengo acceso a toda la informática de la clínica. Los enfermos me escriben y me llaman.


¿Qué le ha parecido el hospital Álvaro Cunqueiro?
El Cunqueiro es ultramoderno, atractivo, yo diría que se siente uno bien entrando en ese hospital. Los hay tétricos, tenebrosos, parece que uno entra y deja el alma, este hospital es atractivo ya desde la entrada. Tuve la oportunidad de verlo con el director gerente, que sabe y conoce su hospital de forma muy íntima, que lo sabe explicar de forma accesible, fácil. Nos dio un repaso del hospital muy amplio y lo único que no vi fueron los quirófanos, porque todos son parecidos. Pero la estructura externa del hospital, el funcionamiento, es modélico. No puedo juzgar el día a día y las consultas, pero no hay aglomeraciones, como hay en otros en los pasillos: es amplio, atractivo, con enorme cantidad de luz lo que es importante para los enfermos. Incluso en la UCI tienen luz de día y eso evita la psicosis de los enfermos. 


¿Qué es lo que le ha llamado más la atención del hospital?
Que es accesible a todos los enfermos de la Seguridad Social. Eso en Estados Unidos no se puede ni pensar, que cualquier ciudadano, tenga acceso a cuidados médicos en un hospital de esta categoría es impensable. Allí tenemos 40 millones de personas sin seguro. Una población equivalente a la España no tiene acceso a cuidados médicos en el país más rico del mundo y en cambio en éste tenemos cuidados médicos en un hospital de esta categoría. Es una cosa que me deja apabullado, no me lo imaginaba. Había oído hablar del hospital Álvaro Cunqueiro y uno de los facultativos operó a mi hermano, una doctora, Mila Moldes, de pulmón. Cuando estaba viendo esta maravilla pensaba que no hay hospitales así en Estados Unidos, no hay cuidados de esta categoría para cualquier ciudadano. Me gustó estar allí en Estados Unidos, pero quedé impresionado con esto. Como curiosidad, he conocido muchos hospitales en el mundo, y en ninguno he visto conflicto por el pago de los aparcamientos, que es algo ordinario. En la Mayo la tarifa es en torno al dolar por hora. Eso sí, con un transporte público muy bueno.


¿Qué le parece que el hospital  lleve el nombre de su tío y padrino?
Desde la parcialidad como ahijado de Alvaro Cunqueiro, estoy encantado por que el hospital lleve el nombre de un escritor que ha dado tanto por Galicia y su conocimiento fuera de nuestras fronteras.

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