Economía

España desecha 7,7 millones de toneladas de alimentos al año

Un peregrino pasa ante unos contenedores rebosantes de basura, en Lugo.
photo_camera Un peregrino pasa ante unos contenedores rebosantes de basura, en Lugo.

Consumidores, restaurantes e industria, principales responsables del deficiente aprovechamiento 

"El consumidor debe ser el protagonista en la lucha contra el desperdicio". Esta es una de las directrices que el Senado incluye en un informe sobre despilfarro alimentario en el que, además, formula propuestas al Gobierno para solucionar el problema. Pero el ciudadano no es el único implicado en este tema. Las prácticas de los restaurantes y la industria también se ponen en entredicho en este documento.
La CámaraAlta creó en abril de 2017 una ponencia para estudiar el desperdicio de alimentos, que en España se cifra en 7,7 millones de toneladas de productos tirados a la basura cada año. Con esta cifra, es el séptimo país de la Unión Europea que más comida desperdicia, por detrás de Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Francia, Polonia e Italia.
Entre los principales problemas hallados durante el análisis, el órgano señala la concienciación e información de un consumidor que está acostumbrado a tener productos atractivos en las estanterías de los mercados y que desecha aquellos que, aún siendo de mejor calidad, son menos atractivos a la vista. Pero también, la falta de conocimiento sobre cómo gestionar la caducidad de los productos, de cómo conservarlos antes de su consumo o la cantidad que deben comprar.
Y es que, si el informe señala a la población es porque los hogares son los responsables "del 42 por ciento del desperdicio total que se produce en el país", según este trabajo, que ha sido publicado en el Boletín de la Cámara.
Para los ciudadanos, las propuestas que se envían al Gobierno son, principalmente, la de poner en marcha campañas que revientan esta situación, pero, además, el Senado pone el foco sobre la industria, para que dé a los consumidores mejores posibilidades para un mejor consumo. Así, se reclama la implicación de la industria -que despilfarra el 39 por ciento del total- para un mejor etiquetado y pide al Ejecutivo que "analice, estudie, rediseñe y regule el uso" de las fechas de caducidad, para facilitar su entendimiento. Además, llama a incentivar los programas de ecodiseño de los embalajes y los procedimientos de distribución, para reducir los impactos ambientales de tales prácticas; y poner en marcha programas de investigación y desarrollo de nuevos sistemas de envasado y embalaje más versátiles y adecuados a los hábitos de consumo de los hogares.
"Cada hogar es muy diferente, puede tener más o menos miembros, que estos consuman más o menos cantidad por ración y es imposible realizar un empaquetado diferente para cada tipo de demanda, porque representaría un alto coste y además no habría espacio físico en los estantes de los distribuidores para tal variedad. Por eso se trata de tener una gama de envasados capaz de satisfacer a los tipos de consumidores más habituales de cada producto", explica el informe del Senado. 

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