Opinión

El empleo sigue dando alegrías

Las conversaciones del ganador de las elecciones han comenzado. Mariano Rajoy empieza a reunirse con los distintos partidos con representación parlamentaria a la búsqueda de la formación de gobierno. Cierto que durante estos meses, desde la disolución de Las Cortes allá por finales de 2015, la economía no se ha resentido. El PIB sigue a ritmos del 3 por ciento, el desempleo baja considerablemente y los cotizantes a la Seguridad Social aumentan, la balanza por cuenta corriente está en superávit, se venden miles de coches, la confianza está en positivo, el bono a 10 años sigue en mínimos y la prima de riesgo ha logrado bajar más que la italiana. Pero, todavía hay más de tres millones de españoles en paro y aún muchos ciudadanos lo pasan mal. La situación de la economía se ha dado la vuelta, aunque como suelen decir desde el gobierno, aún queda mucho por hacer. Por eso, la falta de un gobierno que pueda tomar decisiones es criminal. Hay que elaborar unos presupuestos y un techo de gasto. Además, hacen falta reformas como la de la Seguridad Social o la financiación autonómica. Vamos a ver lo que dan de si las conversaciones iniciadas y si se puede tener un gobierno para finales de julio o primeros de agosto.
Todos los datos que sobre la economía se publican son positivos, pero hace falta reforzarlos y apuntalarlos con reformas que sólo puede llevar a cabo un gobierno que no esté en funciones. De hecho, el ministro de Economía anunciaba ayer martes que se disponen a revisar al alza las previsiones de crecimiento de la economía, ahora en el 2,7 por ciento. También los empresarios empiezan a hacer pública su intención de ir subiendo salarios, a lo que hay sumar la inflación negativa que aumenta el poder adquisitivo de los salarios. Claro, que Rajoy tendrá que hacer concesiones, eso es una negociación. En la reforma laboral, por ejemplo, se puede y debe profundizar en la mejora de la formación y la inserción de los parados en el mundo del trabajo. Y, fundamental, hay que seguir reduciendo el déficit público. Cuanto menos dinero atraiga el sector público, mejor para la economía y la inversión de las empresas que son las que crean los puestos de trabajo. Es, por tanto, con generosidad, por la gente, fundamental que haya un gobierno cuanto antes. Un gobierno que va a tener que dialogar sobre lo que se puede mejorar o no funciona, pero un gobierno que tome decisiones que apuntalen la recuperación.

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