Opinión

El que pierde, gana

Los andaluces les han dejado un complicado sudoku a sus políticos. El PSOE ha sido la lista más votada pero la suya ha sido una victoria pírrica que roza el hundimiento y que parece llamada a poner fin a 36 años de hegemonía en la región. Susana Díaz pese a la realidad aritmética de los números es la gran derrotada política. Por eso cuando se postula para seguir al frente de la Junta sólo trata de salvar las apariencias. Su infortunio ha sido aprovechado por sus enemigos políticos en el partido ( José Luis Ábalos, secretario de organización y ministro) para señalar la puerta. Ya se sabe que la derrota es huérfana aunque quienes la recuerdan que habiendo ganado pero en realidad ha perdido tienen experiencia propia en derrotas que parecen haber olvidado. Los andaluces han votado cambio pero lo han hecho de tal manera que organizarlo va a resultar tarea compleja.
Ahora para que no se produzca una apariencia de cambio y que todo siga igual (Lampedusa), el PSOE andaluz debería hacerse a un lado y dejar que quienes puedan sumar una mayoría, lo intenten. No será trabajo fácil. Moreno Bonilla, el candidato del PP, reclama para sí la iniciativa. Su partido ha perdido siete escaños y un tercio de los votos pero es la segunda fuerza y saca pecho. Tanto como quien quedó en tercer lugar, Juan Marín, el líder de Ciudadanos que pretende ser el candidato a presidir la Junta a la manera como en Cantabria Miguel Ángel Revilla se hizo con el poder pese a ser la tercera fuerza. En aquél caso el apoyo del PSOE de la región, que era la segunda fuerza, fue determinante. ¿Algo así podría repetirse en Andalucía? 
No es descartable dado que Marín durante tres años ha sido el socio que permitió a Susana Díaz gobernar en San Telmo. Una de las primeras tareas de la próxima Junta de Andalucía será levantar las alfombras. Treinta y seis años son muchos años. Pero para quienes puedan estar instalándose en el temor no sería lo mismo que la operación "alfombra" la dirija Juan Marín o que sea Moreno Bonilla. Al PP no le hace ascos contar con el apoyo de Vox (12 diputados), pero en la dirección nacional de Ciudadanos (Albert Rivera) barruntan que asociarse de una u otra manera con este partido en Andalucía les podría pasar factura en las próximas elecciones en el resto de España. Ya digo que cuadrar el sudoku no será fácil. Llegado el caso incluso podrían repetirse las elecciones porque ahora mismo nadie parece estar dispuesto a aceptar que el que pierde sea el ganador.

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