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El amigo intermediario

Rubén Blanco (dcha.) allanó el camino para que Santi Mina pudiese regresar a casa.
photo_camera Rubén Blanco (dcha.) allanó el camino para que Santi Mina pudiese regresar a casa.
El Celta le pidió a Rubén que hiciese el primer contacto con Mina para saber si querría volver
Muy probablemente, Santi Mina fue la mejor noticia del amistoso que el pasado sábado le ganó el Celta al Lugo en Portonovo. El vigués demostró que vuelve a vestir la camiseta celeste pleno de ilusión y, desde que pisó el césped, se mostró muy activo tanto en tareas defensivas como ofensivas. De hecho, anotó un gol en su primer remate a portería. Una gran tarde para él salvo por un detalle: su mejor amigo dentro de la plantilla, el meta Rubén Blanco, no pudo jugar por lesión.
El fútbol unió cuando niños a estos dos futbolistas ahora de primer nivel. Su amistad es bien conocida y, por eso, el papel de Rubén en el retorno de Mina fue básico. Y no sólo porque su presencia en el vestuario anima más al delantero a volver. Sino también porque el propio club le pidió al mosense que tantease a su amigo sobre esa posibilidad de volver.
Con naturalidad, Rubén narra esa petición y la respuesta que halló en Mina. "Nada más acabar la temporada, hablaron conmigo, porque saben que soy muy buen amigo de él. Si le podía comentar poco a poco. Y desde el primer momento, la verdad, él se mostró muy abierto. Y por parte del club las ganas de que volviera eran muy grandes", relata el mosense. De hecho, esa predisposición del futbolista y de la entidad celeste fue la clave para el acuerdo, al parecer del guardameta. "Cuando es así por ambas partes, hay poco que hablar. Por mi parte, desde el principio supercontento e ilusionado por que volviera, obviamente. Pero el que tenía que decidir era él. Yo siempre le deseo lo mejor y ahora volvemos a estar juntos y encantado de la vida", valora el guardameta titular celeste en la mayor parte de la pasada campaña.
El guardameta de Mos considera que es lógico que el Celta echase mano de él para dar ese primer paso. "Al final, situaciones así pasan mucho. Soy muy cercano a él. Me imagino que, para no ser agresivos de inicio, me comentaron a mí. Pero desde el primer momento se entendieron ambas partes, así que fenomenal", reitera.
Además, el portero canterano considera la llegada de su amigo como una parte de la apuesta que está realizando el club por los jugadores formados en A Madroa.  "Todo el mundo sabe que fuera del campo somos grandes amigos, así que para mí es como un sueño jugar con él. Y no sólo con él, sino con gente como Costas, Denis, Brais... No nos conocemos del primer equipo sino desde antes: con Brais jugaba antes incluso que en el Celta, con Costas y Santi desde muy, muy pequeños en el Celta... Es de valorar. Es muy difícil que cosas como éstas ocurran y en este caso el club lo ha hecho posible. Es algo que engancha y genera ilusión", considera Rubén.
Todos estos canteranos han hecho su propia carrera para acabar coincidiendo ahora en el primer equipo celeste. "El camino no es recto. Casi nadie puede decir que es un camino de rosas llegar a jugar en Primera. Pero lo importante es el presente", sentencia. 
Por último, apuesta que este proyecto servirá para renovar la ilusión del celtismo. "Necesitábamos algo que devolviera la ilusión a la afición. Pequeños o grandes cambios. Hasta ahora, los refuerzos generan ilusión. Este proyecto era algo necesario. Y lo vivo muy contento y muy ilusionado", concluye.n

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