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El alumno vence al maestro

Atlántico  60
photo_camera Las lluvias de primera hora llevaron la final a la pista dura del club, donde Martín exhibió su superioridad.
Tin de la Puente se alzó campeón de Galicia tras batir a Illobre
Cuando Martín de la Puente comenzó a practicar tenis adaptado lo hizo de la mano de Álvaro Illobre. El aresano le cedió una silla de ruedas y le dio sus primeros consejos. Le inició. Muchos años después de eso, el Campeonato de Galicia de la especialidad les volvió a reunir sobre una pista. Concretamente ayer, en la superficie dura del Club de Campo de Vigo, para disputar una final en la que el alumno superó con claridad al maestro, con un doble 6-1 en tres cuartos de hora. Algo normal, por la diferencia de nivel que hay entre la décimo tercera raqueta del mundo y un deportista ya veterano que, no obstante, dejó muestras de su buen nivel.
El caso es que encontrar a una figura mundial de su especialidad como De la Puente no solo disputando un Campeonato de Galicia, sino que, además, disfrutándolo revela que se trata de algo especial para él. Así es. El vigués se proclamó campeón de Galicia en su ciudad, delante de su familia y de sus amigos, algo que puede experimentar muy pocas veces -vive en Barcelona y se pasa el año viajando por el mundo-. Seguramente por ello, jugó el partido con una imborrable sonrisa en la cara, con complicidad con recogepelotas y rival y risas ante los ánimos de la grada.
De este modo, entró como un vendaval al partido. Pese a ceder su servicio en el tercer juego, De la Puente exhibió su calidad y marcó la diferencia en el peso de los golpes. El revés del vigués era un látigo imposible de leer para Illobre. El de Ares sufría para devolver la artillería que le lanzaba el que una vez fue su pupilo. Estaba desbordado.
El olívico se apuntó el primer set y encaminó el segundo decidido a zanjarlo de igual modo. Y, pese a que llegó a estar 5-0, la segunda manga dejó algo más de igualdad. Illobre se soltó y equilibró un poco la batalla. En varias ocasiones obligó a De la Puente a desplazarse por la pista para alcanzar bolas envenenadas en forma de globos y dejadas. El de Ares quebró nuevamente el servicio de Tin para evitar el rosco. Pero en el séptimo juego del segundo parcial todo terminó. El vigués cerró el partido y disfrutó de la victoria, los abrazos de su rival, familia y amigos y la felicidad de sentir que puede enseñar lo que hace -y muy bien- en su casa.n

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