baixo miño

El "efecto" Aloia arrasa en las redes

Los paseos de perros de la protectora Aloia de Tui se ha convertido en una cita obligada para muchos voluntarios que acuden con puntualidad británica a las citas de los domingos.
photo_camera Los paseos de perros de la protectora Aloia de Tui se ha convertido en una cita obligada para muchos voluntarios que acuden con puntualidad británica a las citas de los domingos.
La protectora del Baixo Miño organiza paseos con sus perros llegando a reunir a más de 70 voluntarios y un centenar de animales en una iniciativa que quiere concienciar contra el abandono y el maltrato 
nnn  "Nuestro objetivo es conseguir aumentar las adopciones, encontrar una familia a los perros que tenemos en la protectora y, al mismo tiempo, hacer una labor pedagógica con los más pequeños para que aprendan a respetar y amar a los animales", explica Sandra Corceiro, responsable de organizar los paseos de la protectora Aloia que todos los domingos moviliza a más de 70 voluntarios y beneficia a un centenar de perros. La idea se puso en marcha hace algún tiempo, pero el "efecto Aloia", como ya algunos lo denominan, ha ido creciendo con el paso de los meses. Así, lo que empezó como un paseo con unos cuantos peludos, se ha convertido en marchas en las que participan cerca de un centenar de animales. "Vienen todos los que quieren salir. Tenemos algunos que por los malos tratos sufridos no quieren contacto con personas y tienen mucho miedo, pero esperamos que con el tiempo puedan salir y disfrutar con el resto". La iniciativa ha tenido en las redes sociales a su mayor aliado. En apenas una semana, la página sobre los paseos lograba casi un millar de alcances. 
Esta es la única protectora del Baixo Miño y en sus instalaciones de Guillarei acoge a unos 120 perros, a los que se suman otros ochenta que están repartidos en casas de acogida ante falta de espacio en los locales. El punto de partida es precisamente su sede, desde donde se dirigen hacia el río, para el habitual baño de los protagonistas del paseo, y marcha hacia zonas arboladas de los montes que rodean la parroquia. Muchos de los participantes son "familias enteras que vienen con los niños", explica. La presencia de los menores es "muy importante para nosotros. Es una forma de concienciar a los que serán los adultos del futuro", todo ello dándoles a los perros "la oportunidad de sociabilizar y de pasar un rato en libertad y en contacto con la naturaleza", comenta mientras gestiona los mensajes y redes sociales para organizar el siguiente paseo. Un sistema que además "ha permitido que surjan nuevas adopciones, amadrinamientos y la creación de vínculos entre los animales y los voluntarios". n

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