Opinión

¿Deslocalizaciones al norte de Portugal?

Comienzo con una pregunta. ¿Cuál es realmente nuestro modelo económico de suelo industrial, o cual pretendemos que sea en el sur de Galicia?
Pues el de las diferentes administraciones, bajo mi opinión; errático, obsoleto, sin criterio, ambiguo e ineficiente. Por lo cual les voy trasmitir, en cuanto suelo industrial y la creación de empleos estables y de calidad, la línea de actuación, que creo y pienso, debería estar incluida en cualquier plan de choque económico en una provincia, deprimida demográficamente y económicamente, como la nuestra. Así que primero veamos los datos.
Mientras el norte de Portugal, sus polígonos industriales, se llenan de empresas gallegas (de Pontevedra y Ourense en concreto), con su política de suelo a bajo coste, reducida burocracia, agilidad en los trámites y una fiscalidad reducida, pues aquí, en Ourense, observamos millones de metros cuadrados de suelo industrial, urbanizado y sin urbanizar vacíos, con pérdida de tejido industrial y crecimiento del desempleo. Y no lo digo yo, sino, nos lo dice la última EPA, que cifra en 27.400 el número de parados que se contabilizaban en la provincia a 31 de marzo de este año, suponiendo un incremento de 500 personas sobre el primer trimestre del año pasado.
Personalmente abogo por empleo estable y de calidad para los ourensanos, por eso considero inaceptable que el Polígono de Val da Rabeda siga siendo un enorme tojal que solo evidencia la desidia de las administraciones hacia nuestra provincia.
Y ahora veamos qué pasa en nuestro vecino norte de Portugal. Y lo primero que constato es la feroz competencia que ya tenemos con el desarrollo de un megápoligono de 140 hectáreas entre Valença do Minho y Vila Nova de Cerveira con precios de mercado entre 1-20 euros metro cuadrado (el 95% de las firmas instaladas en el parque de Valença do Miño son gallegas). Y mi primera conclusión es que los fondos europeos recibidos por el norte de Portugal si han sabido emplearlos eficazmente, y que allí, sí que existe un procedimiento mucho más ágil en cuanto a trámites administrativos que facilitan que una empresa que quiere implantarse lo puede hacer con rapidez. Mientras aquí, vemos cómo los diversos trámites se eternizan años, acabando en demasiados casos, con el abandono de la iniciativa económica a implantar. ¿Es ese nuestro modelo económico? el de poner trabas y pérdidas de tiempo y recursos a nuestras empresas y emprendedores. No, verdad.
Bien, pues con este sencillo ejercicio comparativo (se lo recomiendo a los "eficientes y eficaces" responsables del IGVS) comprobamos como no somos competitivos y como la deslocalizaciones de empresas son una realidad que va en aumento. Pues si ya sabemos algunas de las causas intentemos ponerle remedios.
Lo primero es abaratar más él precio del suelo industrial público, o sea de todos, para fomentar la creación de pymes y a continuación cojamos ese millón de metros cuadrados del tojal de la vergüenza llamado Val da Rabeda y permutemos el suelo sin urbanizar a coste cero durante 25 años a las empresas que urbanicen la parcela contratada y se comprometan, mediante contrato, durante la vigencia de la permuta a crear empleo estable y de calidad a los ourensanos empadronados en nuestra provincia. Este podría ser el comienzo.
 

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