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La desescalada en Renfe “aisla” Vigo: dos trenes a Madrid y uno a Barcelona

El Alvia con destino a Madrid partió ayer desde Guixar poco después de las 16 horas con un elevado número de viajeros vigueses.
photo_camera El Alvia con destino a Madrid partió ayer desde Guixar poco después de las 16 horas con un elevado número de viajeros vigueses.
La mayoría de trenes vigueses, desaparecidos tras el Covid 19. La reordenación de horarios elimina ofertas y genera la mayor pérdida desde la Guerra Civil. Renfe zanja su desescalada con sólo dos trenes a Madrid y uno a Barcelona, deja la mitad de frecuencias a ciudades gallegas y elimina el Trenhotel y el Intercity a Euskadi  P. 2-3

Vigo queda prácticamente aislado durante este verano con la reducida oferta ferroviaria fijada por Renfe en su particular desescalada. La operadora recupera tímidamente su oferta a nivel estatal, pero en lo tocante a las terminales de Urzaiz y Guixar, las conexiones caen drásticamente frente al periodo anterior a la pandemia: se pierden los Trenhotel, sin fecha para el regreso del InterCity a País Vasco ni el Vigo-Oporto, mientras se recortan salidas a Madrid, Barcelona y las ciudades gallegas.
Así, la conexión entre la estación de Vigo Guixar y Madrid-Chamartín se limita a dos salidas diarias, uno de ellos con transbordo obligatorio en Santiago de Compostela. La primera salida desde Guixar es la del Media Distancia con salida a las 6,40 horas, con llegada a las 13,17 a Madrid, previo paso por Santiago. El segundo tren es un Alvia –sumado a la oferta de Renfe en la ruta Galicia-Madrid desde el viernes 26 de junio–que realiza el trayecto directo hasta la capital de España, con salida pasadas las 16 horas y llegada en torno a las 23 en Madrid. En ambos casos, el viaje se sitúa todavía por encima de las seis horas y media, algo más corto –unos 10 minutos– en el caso del tren con transbordo en Compostela al utilizar la línea de alta velocidad entre la capital gallega y Ourense. Desde Madrid, sólo hay una salida directa al día con destino a Guixar, a las 7,15 horas y llegada pasadas las 13,30. Para los viajeros que quieran realizar esta ruta también es posible comprar sus billetes hasta Ourense y a partir de allí, tomar uno de los tres trenes diarios que llegan hasta Vigo. 
El cambio de tren en Ourense también se convierte en condición cuatro días a la semana para los viajeros con destino a Barcelona. La conexión Galicia-Cataluña se recuperó el lunes de la pasada semana con dos frecuencias de trenes Alvia diarias por sentido, aunque con destino final en días alternos en Vigo y A Coruña. Los trenes entre Guixar y la estación de Barcelona-Sants parten los lunes, jueves y sábados a las 7,45 horas, con llegada a las 21,25. El resto de días es necesario llegar hasta Ourense para subirse al tren que parte de A Coruña, ya que Renfe no habilita por el momento la venta de los billetes combinados. En sentido contrario, los trenes directos desde la ciudad condal tienen lugar cada miércoles, viernes y domingo a las 9,30 horas. En ambos casos, el viaje en los trenes Alvia se realiza durante el día, con una duración por encima de las 13 horas. Antes de la pandemia estaba el Trenhotel.
Y es que Renfe decidió en las pasadas semanas eliminar estos trenes de su oferta para amortiguar las pérdidas generadas desde que se decretó el estado de alarma. Aún así desde la operadora ferroviaria trasladan que esta y otras líneas se irán recuperando en los próximos meses “de forma gradual a medida que vayan recuperando los índices de demanda”. Con todas las plazas a la venta, al contrario de lo ocurrido en los meses previos, los servicios de Renfe en el norte del país registraron la pasada semana cuotas de ocupación del 45%.
Otras líneas sin fecha de regreso son la del Intercity que conecta Vigo con el País Vasco, ni tampoco se conoce cuándo volverá el Tren Celta que une Guixar con las ciudades lusas de Valença do Minho y Oporto. En el caso de los Media Distancia que unen por red ferroviaria Urzaiz con el resto de ciudades gallegas del Eje Atlántico, la oferta se ve reducida en la nueva normalidad a prácticamente la mitad, con solo diez trenes por sentido. 

La reducción de 50 minutos de viaje con la capital, una vez finalice el verano

 Acortar la duración del trayecto en tren entre Vigo y Madrid no será posible al menos hasta que finalice el verano. Las obras que tuvieron lugar en el tramo que discurre entre Zamora capital y el cambiador en el municipio zamorano de Pedralba de la Pradería –con unos 110 kilómetros de extensión–precisan ahora de la finalización de las pruebas para su puesta en servicio. Con ello será posible reducir hasta 50 minutos el trayecto hasta la capital. 
Las pruebas fueron al ralentí durante 2019 y se apuraron en 2020 hasta quedar truncadas por la crisis sanitaria, en unas obras que culminaron en el mes de enero de 2019. Una vez finalizadas las pruebas relativas a la infraestructura, auscultaciones de la vía y catenaria a distintas velocidades, no se espera que la entrada en servicio de este tramo para su explotación comercial llegue hasta finales del verano o principios de otoño.
Todos estos trabajo ya fueron realizados en el tramo que discurre entre Olmedo (Valladolid) y Zamora, con una extensión de 98 kilómetros en el que los trenes pueden circular en su mayor parte en vía única y alcanzando una velocidad máxima de 350 kilómetros por hora. Así, el tiempo de los viajes entre Vigo y Madrid podría rebajarse desde las casi 6 horas y 12 minutos hasta las 5 horas y 45 minutos de duración, a la espera de un nuevo “ahorro” gracias al tramo entre Zamora y Pedralba de la Pradería. 
Y es que desde el punto de vista técnico, la futura línea de alta velocidad entre Galicia y Madrid se encuentra entre las más complejas del mundo por la orografía que atraviesa. Desde el Guadarrama con el túnel más largo actualmente en servicio en España, las portillas de La Canda y el Padornelo, junto al Macizo Central Ourensano, la línea actual resulta todavía más difícil para los maquinistas por las características del recorrido: con 339 kilómetros de línea de alta velocidad desde la estación de Chamatin y un trazado recto con aplias curvas, pasado después a una línea de vía única, sinuosa, de trazado complejo y velocidad máxima a un nivel drásticamente inferior. 

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