Opinión

Dejar de ser la excepción

No todo se resuelve con la Ley”. Esta contundente frase pertenece a la ex presidenta de Chile Michele Bachelet. Algunos de los aliados de su gobierno multicolor se rasgaron entonces las vestiduras al considerar que había un excesivo deje liberal en la declaración… Bachelet, recordemos, es socialista.
Los recientes anuncios del Gobierno en materia de igualdad parecen querer forzar la máquina a través de la legislación:  reforma de la ley en materia de agresión sexual, una ley para obligar a las empresas a la paridad en sus direcciones y  una nueva ley contra la brecha salarial son algunos ejemplos.
Sin duda es necesario establecer una marco legislativo que siente las bases de manera clara de cara a una plena igualdad en materia de género. También es evidente que la ley sin los mecanismos necesarios para su cumplimiento es papel mojado.
Hemos visto a los jueces actuar contra la brecha salarial de manera contundente, también contra las agresiones sexuales con sentencias que, al contrario de la relativa a La Manada, no han provocado polémica.
Cabe  pensar que tal vez el problema no sea el de la carencia de leyes, sino la aplicación de las que ya están vigentes y la vigilancia en su cumplimiento.
La normativa ha permitido hasta ahora que el sector público vaya por delante en materia de paridad, de flexibilidad laboral y de igualdad salarial. Y es que la legislación es una parte de la solución a las desigualdades, pero desde luego no es la única: la educación y la concienciación son, en mi opinión, elementos fundamentales para motivar el cambio.
El sector privado hasta ahora se ha quedado rezagado pero, tal vez por la ola igualitaria iniciada en marzo, son cada día más las empresas que comienzan a ver las ventajas de unas compañías más equilibradas. Los pasos pueden ser incipientes pero no por ello hay que infravalorarlos, sino potenciarlos.
Un caso reciente me ha llamado la atención: hace unos días una de las empresas emblemáticas  en Galicia (curada al parecer ya de las heridas del pasado) presentó WIP (Women In Pescanova). 
Son las propias trabajadoras de la empresa las que han tomado la iniciativa de crear una red en la compañía con la misión de promover la igualdad dentro de la firma, incluido su consejo de administración, formado por diez consejeros de los que sólo una es mujer: la ex ministra Elena Salgado. Es precisamente ella quien avala la iniciativa. 
La ley que otra de sus compañeras, Carmen Calvo, acaba de anunciar va precisamente en ese sentido. Pero no es lo mismo que la empresa sea obligada a buscar la equidad a que surja de motu propio, en este caso es el resultado de un camino hacia la toma de conciencia y un compromiso real. El otro es flor de un día, en cuanto desaparezca la amenaza de sanción, algún empresario se olvidará de todo.
La gallega Pescanova da un nuevo paso. El año pasado había suscitado el aplauso con su campaña “El discurso de la Reina”. Esperemos que este nuevo proyecto consiga, además, que la ex ministra deje de ser la excepción en el Consejo.

(*) Presidenta de Executivas de Galicia.

Te puede interesar