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La década prodigiosa de Susana

Susana Rodríguez Gacio
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La triatleta viguesa ha logrado 24 victorias en 51 carreras desde que disputó el Nacional de duatlón en Gijón en 2010
Susana Rodríguez Gacio (Vigo, 1988) cumple este mes de julio una década en el mundo del paratriatlón, un deporte al que llegó casi por casualidad y en el que ha conseguido títulos mundiales y europeos, un quinto puesto en los Juegos de Río 2016 y el billete para los de Tokio 2020. Nada menos que 24 victorias en las 51 carreras nacionales e internacionales que ha disputado en estos diez años.
Tras probar en el atletismo y la natación, la deportista viguesa se enamoró en Gijón de la modalidad que iba a cambiar su vida. "Fue en un Campeonato de España de duatlón. Llevaba sin competir un par de años y fue justo cuando empecé a estudiar Medicina en Santiago. Era mi primer duatlón y lo recuerdo como algo genial. Me gustó muchísimo la sensación de velocidad del tándem, que apenas lo había probado antes, y recuerdo bajarme de la bici para correr los últimos dos kilómetros y medio con unos calambres tremendos en los gemelos porque no estaba acostumbrada a cambiar de la bicicleta a correr. En cuanto crucé la meta ya tenía claro que quería seguir probando ese deporte. Allí mismo nos hablaron de un triatlón que iba a haber en la Casa de Campo de Madrid y lo siguiente que pensé fue en estar en esa carrera", rememora Susana, que reconoce que lo suyo con el triatlón "fue amor a primera vista. Vi muy buen ambiente, me gustó que se juntase el deporte adaptado con el convencional y me enganchó que se reuniese en un fin de semana tanta gente de todas las edades y de distintas características, unidos por el mismo deporte. Me encantó porque no lo había visto ni en natación ni en atletismo, que era lo que había hecho anteriormente".
De las 24 victorias que ha cosechado desde entonces, Susana Rodríguez destaca tres que marcaron especialmente su trayectoria. "El Mundial de triatlón de 2012, en Nueza Zelanda, lo recuerdo con especial cariño porque fue el primero. Pasaban los Juegos de Londres y empezaba un ciclo en el que el triatlón iba a debutar como deporte olímpico, en Río 2016. Para nosotros era una carrera muy importante porque servía de base para entrar en el Plan ADO de cara al siguiente ciclo olímpico. De aquella no teníamos apenas infraestructura. Íbamos por nuestra cuenta, con el tándem en una caja de cartón, y nadie esperaba que pudiéramos ganar, pero hicimos una carrera muy buena", señala.
"Luego está el Mundial de 2018, en Gold Coast, porque pasaron seis años en los que el triatlón se transformó radicalmente. El nivel subió tanto que con mis ritmos de Nueva Zelanda sería imposible ahora mismo optar a ganar un Mundial. Para mí significó que, a pesar del paso del tiempo, fui capaz de adaptarme a la evolución que hubo en el deporte trabajando más y mejor", añade Susana, que resalta también "el Europeo de 2014, en Austria. Fue una carrera muy disputada, con un sprint muy largo, de unos 300 metros, con una de mis rivales de Gran Betaña, y me gustó porque tuve que sacar mi arma de velocista, que es en lo que había empezado de pequeña en el atletismo".
A lo largo de esta década, la campeona viguesa ha compartido carreras con diferentes guías y de todas ellas reconoce haber aprendido algo. "Alba Cuba fue la primera y, aunque no estuve mucho tiempo con ella, fue con la que di mis primeros pasos y aprendí muchas cosas porque ella había sido triatleta  y conoce mucho del deporte. Con ella aprendí los primeros trucos y técnicas para las transiciones. De Maialen Noriega, su principal fuerza era el ciclismo y con ella aprendí a sufrir en las carreras, a cómo afrontar la competición. Luego, con Mabel Gallardo empecé en una época en la que las cosas con mi anterior guía no habían ido muy bien. Fue mi guía en los Juegos de Río y destaco lo que disfruté con ella en cada una de las carreras y viajes que hicimos juntas. A nivel deportivo, quizás los Juegos no nos salieron como merecíamos, pero ese año conseguimos el subcampeonato del mundo y nos quitamos un poco la espina que teníamos. Es una de mis mejores amigas. Y con Paula García estuve en 2018 y 2019, dos años con muy buenos resultados deportivos. Ganamos dos Mundiales y tenía una gran garra competitiva".
Susana Rodríguez tiene a Luis Peña como entrenador desde hace siete años y actualmente cuenta con dos guías: Celso Comesaña, en atletismo –con él consiguió una plaza para España en los Juegos de Tokio– y Sara Loehr en triatlón. 
"Creo que en esta década me he transformado en la manera de afrontar las competiciones. Al principio me sentía bastante pequeña con respecto a mis rivales y poco a poco fui ganando confianza. Creo que ahora sé competir mucho mejor, lo cual es transcendental porque al final todo se decide en un día", apunta la deportista viguesa, que sigue teniendo como próximo objetivo los Juegos de Tokio, aplazados a 2021 por el coronavirus: "Me haría mucha ilusión participar en los dos deportes –atletismo y triatlón– porque sería algo histórico, pero con la situación que estamos viviendo ahora en el mundo está todo en el aire. Hemos aprendido a entrenar sin objetivos en el calendario". n

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