Opinión

Cuestión de calidad

El informe de CES Galicia sobre el Corredor Atlántico incide en asuntos bien conocidos, básicamente uno: que no hay justificación para que el Noroeste peninsular esté excluido del trazado de la red europea de transporte de mercancías. Hay amplio consenso, pero conviene insistir en el asunto hasta que se produzca la rectificación, que no será pronto ni fácil de ejecutar porque los trámites en Bruselas son los que son. También se refiere a que una vez Galicia y Asturias y León aparezcan en el Corredor, éste tenga la misma categoría que el Mediterráneo, que de forma evidente es hacia donde se inclina la política nacional por motivos también notorios y no sólo de población. Y además, reclama, como también ha pedido el Parlamento de Galicia por unanimidad, que la conexión portuaria Vigo-Oporto se incluya en la red básica de la UE de cara a contar con financiación comunitaria. Esto último va a resultar muy complejo de conseguir, no nos engañemos.
Novedosa es la propuesta de que el puerto vigués sea nodal europeo, librándonos de la herencia que José Blanco dejó durante su paso por Fomento. Siendo Blanco ministro y Laxe presidente de Puertos del Estado, la UE instó a los estados a que fijaran los puertos principales (nodales) y, oh sorpresa, A Coruña estaba entre los elegidos y Vigo no. No había razón para que la elección fuera ésta y no otra -ni por tráfico total ni por carga de mercancía- pero así se decidió y ya no hubo vuelta atrás. ¿Cuál es la diferencia? Importante: por un lado la mayor facilidad para acceder a ayudas comunitarias. Y por otro, una cuestión de calidad: no menos relevante sino incluso más. 

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