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El CSIC creará un método para detectar cetáceos por el ADN

Camilo Saavedra, Paula Suárez-Bregua, Josep Rotllant, Graham Pierce y Miguel Álvarez.
photo_camera Camilo Saavedra, Paula Suárez-Bregua, Josep Rotllant, Graham Pierce y Miguel Álvarez.
Combinará esta herramienta novedosa con el uso de drones para controlar las especies
n n n El CSIC busca un nuevo sistema para hacer un seguimiento de los cetáceos, basado en la detección de ADN y el empleo de drones. 
Es un proyecto que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, que depende del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, y en el que colabora el IEO. Surgió porque una directiva europea exige a los estados miembro la conservación del medio marino y para ello tienen que hacer un seguimiento de las especies. El CSIC se va a centrar en cuatro cetáceos: el delfín mular (arroaz), el delfín común, la marsopa y la ballena (rorcual común). El proyecto empieza el 1 de marzo y acaba en febrero de 2022, y se desarrollará en la demarcación noratlántica que comprende aguas de la zona económica exclusiva frente a las costas de Galicia, incluido el parque nacional de las Islas Atlánticas, Asturias, Cantabria y País Vasco. Está dirigido por Graham Pierce, jefe del departamento de Ecología y Recursos Marinos del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (CSIC). Participan también Camilo Saavedra, de Ecología Pesquera, así como Paula Suárez y Josep Rotllant, de Biotecnología Acuática de este mismo centro de investigación.
Actualmente existen distintas metodologías para hacer el seguimiento de estas especies. La más usadas es el estudio de su abundancia y esto se realiza mediante el avistamiento desde barcos oceanográficos o avionetas. Camilo Saavedra señala que una de las desventajas del avistamiento desde un barco es que hay especies más crípticas en el caso de los buceadores de profundidad, como lo cachalotes o las marsopas en el caso de Galicia, que no se ven habitualmente porque están mucho tiempo debajo del agua o porque son esquivas. Además, las avionetas tienen una autonomía, un consumo elevado y necesitan llevar observadores. Para complementar este método se van a desarrollar nuevas herramientas, una con el análisis de ADN y con los drones.
 Paula Suárez explica que se trata de tomar muestras de agua para poder detectar el ADN ambiental que está allí disuelto y que se correspondería con los cetáceos presentes en el medio marino. Se lograría una estimación de la presencia de estas especies de cetáceos, aunque no permite cuantificarlas. Será la primera vez que se usa esta técnica en España para estos fines, mientras en otros países europeos, en Estado Unidos y Australia también la están desarrollando. El destinatario de este trabajo es el Ministerio de Transición Ecológica, que es el responsable de evaluar el estado ambienteal de las aguas marinas, y el IEO es la entidad que realiza estos muestreos y evaluaciones en España.
Preguntados por si la presencia de cetáceos es indicativo de la calidad de las aguas, señalan que hace el ecosistema más diverso y está relacionado con la presencia de alimento. Recuerdan que es una zona de afloramiento de aguas profundas en verano, y esto hace que haya muchos nutrientes y muchas especies. “Atrae a muchos cetáceos, incluso recientemente se vieron ballenas azules cerca de las costas”.n
 

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