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Condenado a 21 años por robar a sus ‘ligues’ tras sedarles

Los dos acusados, durante la vista que se celebró en la sección quinta de la Audiencia.
photo_camera Los dos acusados, durante la vista que se celebró en la sección quinta de la Audiencia.
El acusado utilizó tranquilizantes con cinco hombres, con los que contactó por internet
 La Audiencia en Vigo ha condenado a 21 años de prisión a un hombre  de nacionalidad colombiana por robar a cinco individuos mediante el uso de sedantes. En la sentencia, el tribunal afirma no poder “tener duda alguna de los hechos” que vincula a un similar ‘modus operandi’: el acusado concertaba citas a través de una página de contactos; una vez quedaba con las víctimas, mediante el empleo de una sustancia química que vertía en sus bebidas, conseguía  someterlas a un “estado de aletargamiento y somnolencia” que las dejaba a su merced, sin capacidad de reacción. De esta forma, el acusado les robaba las llaves de sus casa y se apoderaba de joyas, dinero y otros efectos.
La sentencia de la Audiencia viguesa distingue los efectos de las sustancias que el ahora condenado aplicaba a sus víctimas (benzodiacepinas) con la conocida burundanga, citando las declaraciones de la médico forense. Así, señala que  mientras con la burundanga se produce una clara sumisión del individuo, con la benzodiacepina, se pierde la conciencia, pero conservando la víctima un recuerdo de lo acaecido minutos antes de su ingesta, algo clave en este caso. Las cinco víctimas, todos hombres que contactaron con el acusado a través de Badoo, quedaron desfallecidos hasta la inconsciencia. Estos síntomas que se apreciaron en las víctimas hicieron saltar las alarmas. La conexión entre ellas fue el contacto con una misma persona en días diferentes a través de la misma página de contactos. 
El tribunal relata cómo en los cinco episodios, los perjudicados pierden la memoria después del encuentro y cuando se despiertan detectan que les faltan objetos personales y de valor. En ninguno de los robos, la Policía observó signos de forzamiento, por lo que éstos fueron realizados empleando una sustancia química y señala la sentencia como autor al acusado, “pues no es asumible otra explicación lógica y razonable sobre la presencia de terceras personas, totalmente ajenas, que de alguna manera poco explicable  colocara en cada una de las bebidas de las víctimas una sustancia para privarlas de sentido”.
Asimismo, el tribunal condena al coacusado, vigués y compañero de piso del anterior, por un delito continuado de receptación a dos años de cárcel, al aprovecharse de la venta de los objetos robados.

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