fase de ascenso a plata

Con la Plata en los labios

Pese a la decepción, el Lavadores aplaudió el ascenso de su rival y el apoyo de sus aficionados.
photo_camera Pese a la decepción, el Lavadores aplaudió el ascenso de su rival y el apoyo de sus aficionados.

El Lavadores se quedó a las puertas del ascenso, conquistado por un Córdoba que fue mejor

El Construcciones Castro Lavadores estuvo a punto. A un paso, a un suspiro, a un escalón. A un tiro de Pombo de quedarse en el quicio de la puerta. Dio igual que no hubiera entrado. Ya no quedaba tiempo y el empate le valía al Córdoba. El bocinazo final soltó la enorme tensión que gobernó Navia toda la mañana de ayer. De esas que suben uno o dos grados la presión, un factor que pesó -y mucho- a un conjunto vigués demasiado tensionado. Por momentos ofuscado. Con los árbitros, con la mesa, con los rivales. Solo cuando se liberaron de ella, amparados en la otra presión, la positiva, la de una afición que no paró de alentar durante los 60 minutos, se acercó a un sueño que finalmente no cristalizó. Tan cerca, tan lejos. Los de Sergio Carballeira estaban cuatro abajo a falta de poco más de tres minutos. El parcial de 3-0 final sirvió para morir de pie. Como dijo Iván Pérez, presidente de la entidad, esto no es el final de nada, sino "el principio de algo".
Y precisamente desde el principio -del partido- se notó la importancia extrema de lo que había en juego. Excitación. Como todo en la vida, nada tiene que ser bueno o malo porque sí. El caso es que el Lavadores no supo enfocar esa emoción a su favor. De hecho, se le volvió en contra. Entre errores en el lanzamiento y precipitación en los ataques, Chantada emergió con tres paradas para mantener a los vigueses, que estrenaron ayer una camiseta con los colores de la ciudad, en el partido ante las feroces acometidas visitantes.
Aitor Gómez comenzó a demostrar pronto su papel de MVP. Dinámico, inteligente, con gran lanzamiento y, además, buen defensor. Jugador completo. En medio de esta vorágine de kilos y centímetros en la que se ha convertido el balonmano, el primera línea visitante demostró que cualquier cuerpo puede brillar en este juego. De su mano, el Córdoba despegó en el marcador en los compases finales del primer acto, para alcanzar el descanso cuatro arriba (10-14).
La charla de Carballeira surtió efecto. El Lavadores inició más templado el segundo tiempo y, poco a poco, picó piedra para recortar distancias. Abiel Villalobos brillaba en la dirección y en la conexión con la línea, donde Lorasque hizo daño a los cordobeses con cinco dianas. El esfuerzo era grande pero nunca llegó a neutralizar la ventaja. Como mucho, reducirla a un tanto. El Cajasur afiló el colmillo y asestó la dentellada definitiva con un gol de Requena que ponía el 23-27 con poco más de tres minutos por jugarse. Ahí entró en juego la desesperada. Para ambos. Los vigueses lanzados y los andaluces achicados. Un parcial de 3-0 hizo soñar a Navia. Pero no había tiempo para más. Pombo pudo empatar, pero de nada habría servido. Un final amargo, pero quien sabe, quizá el principio de algo dulce. n
nnn El Lavadores no logró el ascenso a División de Honor Plata. Es verdad. Pero si algo quedó demostrado ayer es que a la afición viguesa esa categoría le queda corta. Las gradas de Navia reverdecieron ayer viejos laureles. Los de una ciudad íntimamente ligada al balonmano, que volvió a despertar una afición latente.
Y es que no hace tanto que el Academia Octavio se codeaba con los mejores en la Liga Asobal. Junto a él, en un hito histórico, Chapela y Cangas pasearon por toda España a Vigo y su área metropolitana, para completar, junto al Teucro, un póker provincial en la máxima categoría. Eran días de vino y rosas para este deporte.
Aquello acabó. Y Vigo no fue ajeno al declive del balonmano a nivel estatal. Lo de ayer dejó claro que la ciudad no ha olvidado este juego que tanto le gusta. Desde el primer minuto empujaron a los suyos con cánticos, bombos y bocinas. El Lavadores no ganó, pero sí lo hizo la afición, que solo necesita un poco de chispa para prender la llama. 

Construcciones Castro UB Lavadores: 
Chantada; Jorge Fontenla (4, 2 de penalti), Pombo (6), Abiel Villalobos (2), Alan Villalobos (3), Xoel Martínez (1)y Lorasque (5) -siete inicial-. Edu (p.s.), Felipe Lorenzo, Adri Suárez, Fabián González, Calvo, Álex Fontenla (1), Escudero, Freijeiro (2) y Pablo García (2).
Cajasur Córdoba de Balonmano:
Fuentes; Hidalgo (5, 1 de penalti),Esteban (3), Abad (3), Pavón, Portero y Ortega (3)-siete inicial-. Romero (p.s.), Nazario (1), Navarro, León (2), Aitor Gómez (8), Graguero, Palacios y Fernández.
Marcador cada cinco minutos::
1-2, 3-3, 6-7, 7-8, 8-12, 10-14 (descanso). 12-13, 13-16,16-19, 20-22, 23-25, 26-27 (final). 
Árbitros:
Óscar Gutiérrez y Jorge Monjo. Excluyeron a los locales Alan Villalobos, Calvo y Jorge Fontenla  y a los visitantes
Aitor Gómez (2), Portero, Esteban, Hidalgo, Abad y Pavón.
 

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