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La ciudad filipina que lleva su nombre

Los marinos, desfilando ante la estatua de Méndez Núñez en Vigo.
photo_camera Los marinos, desfilando ante la estatua de Méndez Núñez en Vigo.
Además de un marino ejemplar, el vigués Casto Méndez Núñez fue un hombre tímido e introvertido. Nacido en la plaza de la Constitución de Vigo el 1 de julio de 1824, una placa señala el lugar donde vino al mundo si bien su niñez hasta los diez años transcurrió en Madrid donde estaba destinado su padre.

Se sabe de cierto que era un gran nadador y salvó a dos niños de morir ahogados, y su brillante carrera de marino está bien documentada. Pero existen muchos retazos de su vida muy opacos y sus biógrafos oficiales han procurado orillarlos incluyendo su pertenencia a la Masonería, su misoginia enfermiza y su fallecimiento sospechoso.

El caso es que, en efecto, a principios de la década de los cincuenta fue destinado a Filipinas y allí, además de alcanzar justa fama por mantener a raya a los piratas de Mindanao, junto a otro joven oficial llamado José Malcampo que, andando el tiempo acabaría presidiendo brevemente el Gobierno y ostentando la cartera de Marina, fundó la primera logia masónica de ese país. Ambos se hicieron grandes amigos y ejerciendo Malcampo el cargo de gobernador del país, otorgó carta de naturaleza a una nueva ciudad creada en la provincia de Cavite a la que bautizó Méndez Núñez Town en recuerdo de su camarada de armas. Paradójicamente, el José Malcampo gobernante de Filipinas, fue el más encarnizado enemigo de las logias masónicas que él mismo había fundado. 

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