Sociedad

El cierre de fronteras genera discusiones entre los expertos

Un grupo de pasajeros transitan por el aeropuerto de El Prat en Barcelona.
photo_camera Un grupo de pasajeros transitan por el aeropuerto de El Prat en Barcelona.
Mientras unos abogan por su carácter necesario, otros lo consideran síntoma de la desconfianza 
nnn En un mundo tan globalizado en el que parecía que las fronteras habían desaparecido, el baile de aperturas y cierres a causa del coronavirus aún tiene la capacidad de irritar y crear suspicacias entre países aparentemente amigos. Expertos en Relaciones Internacionales discrepan a la hora de analizar la trascendencia de las fronteras en el siglo XXI, los efectos que los cierres y aperturas tendrán en las relaciones internacionales e, incluso, si la expansión mundial de la pandemia impulsa la globalización o anima a recuperar una posición más nacionalista.
La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, apunta que la selección de 15 países elaborada por la UE para una apertura inicial de fronteras “no es un ejercicio político o diplomático, es un ejercicio puramente epidemiológico y científico”.
Sobre esto, la investigadora principal del Real Instituto Elcano y experta en movimientos migratorios Carmen González, considera que, además de los criterios epidemiológicos, han influido criterios de proximidad y de intensidad en la relaciones entre los países; solo así se explica la prolongada negociación.“Si hubiera sido sólo motivos científicos y de tasas de ataque del virus se habría elaborado casi de forma automática”, comenta González. No obstante, considera que el cierre de fronteras no va a crear problemas en las relaciones entre países puesto que se trata de una “iniciativa necesaria, preventiva y reversible”.
No opina igual el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas Javier Gil, para quien el cierre de fronteras entre países es “un mensaje de desconfianza brutal”. Así, el proceso de reapertura “supone el reconocimiento de una confianza recíproca”, afirma Gil.
El decano de la Facultad de Política y Sociología de la UNED, Gustavo Palomares, discrepa y considera que la expansión del virus ha demostrado que “cerrar fronteras sirve más bien de poco” y que sólo revela “la permanencia de los viejos conceptos del estado-nación. Palomares argumenta en favor de una mayor interconexión entre los países, especialmente dentro de la UE que permita una mayor coordinación en materias como la seguridad sanitaria o la inmigración, asilo y refugio. Así, la decisión de cerrar fronteras era necesaria, pero “ahora habrá que pagar el precio político, económico y diplomático de haberlo hecho”, apunta Palomares.
En cuanto a los cambios que se vayan a producir a raíz de la pandemia, González apunta que el encierro ha servido para avanzar en la globalización ya que ha puesto de manifiesto la profundidad de la interconexión entre países y las distancias se han visto acortadas por las telecomunicaciones y la facilidad para celebrar reuniones internacionales telemáticas. No obstante, los expertos coinciden en que las reuniones virtuales nunca suplantarán a los encuentros cara a cara, ya que, según González, es “prácticamente imposible establecer una confianza mutua con una carita pequeña en tu ordenador”, o como explica Palomares, “nada suplanta a un buen apretón de manos o mirarse a los ojos”.n

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