CELTA

El Celta no funciona y no mejora

El delantero céltico Santi Mina muestra su desesperación ayer en Vitoria tras una ocasión fallida.
photo_camera El delantero céltico Santi Mina muestra su desesperación ayer en Vitoria tras una ocasión fallida.
El equipo vigués cae ante el Alavés (2-0) y encalla en la zona del descenso. El Celta protagoniza otro mal  partido: no funciona, no mejora y no crea ocasiones. Lleva 16 partidos seguidos sin ganar a domicilio 

Cierto que hubo excusas. Pero no lo es menos que el Celta sigue sin saber cómo juega, sigue sin aprovechar la calidad individual de sus futbolistas y sigue cifrando los partidos a acciones aisladas que, por desgracia, las más de las veces caen del lado visitante. Porque se decide todo en el reino del ímpetu, que no es precisamente la característica definitoria de buena parte de los futbolistas celestes. Ayer, el Alavés en Mendizorroza ganó porque acertó en una acción a balón parado –como el equipo vigués ante el Athletic– y, ya al final, aprovechó un error céltico en la salida. Nueve puntos en nueve partidos es, a todas luces, un pírrico balance. Que se haya sumado más en el primer tramo de calendario con rivales más fuertes que en el segundo debe ser objeto de estudio.
Es muy difícil encontrar belleza en lo farragoso, en lo abrupto. Andar a trompicones es síntoma de desnorte. Y en el deporte, el ideal es la continuidad, el desarrollo fluido del juego. Las interrupciones, para según qué cosas, son odiosas. El fútbol interruptus cansa. Enfada, más que apasiona. Y en Mendizorroza hubo más tiempo para lamentar que para celebrar. Muchísimo más.
Se jugó a casi nada. Al Celta le gusta el balón y lo tuvo. Al Alavés le gusta la intensidad y la tuva. En ese fútbol de tropezones y roces se manejan mucho mejor los futbolistas alavesistas que los celestes. Y el público intenta entresacar el poco grano de la mucha paja.
Pudo evitarse todo este trago el conjunto vigués si la primera ocasión en la que se encontraron Rafinha, Aspas y Mina el vigués no estuviese en fuera de juego cuando remató a gol. El vídeo arbitraje dudó, pero acabó acertando porque el moañés toca el balón, al menos, a la limón con Laguardia.
No se movió el marcador y el partido se atascó. Posesión celeste, tensión alavesista. Las imprecisiones en el pase del conjunto vigués abortaban cualquier opción de asustar a Pacheco. En tal batiburrillo de buenas intenciones y malas decisiones se enredaba de nuevo Denis Suárez, todavía en busca de su mejor versión. Con todo, el Alavés tampoco generaba nada cerca de la portería de Rubén y, en esos momentos de partido, de nuevo la moneda pudo caer del lado vigués: balón largo en el que Mina le gana la partida a Laguardia y cede para que Aspas encare al meta local. El moañés se equivoca y permite que la defensa desbarate otra gran oportunidad. Era el minuto 27 y fue el punto en el que el encuentro cambió.
Porque la siguiente ocasión fue del Alavés, con un gol errado casi sobre la línea del excéltico Joselu a centro del también excéltico Luis Rioja. De esa acción nació un saque de esquina en el que González González vio una mano que no fue tal de Rafinha, ya que el balón le golpeó en la cara. El penalti pitado inicialmente se anuló, aunque el colegiado tuvo que ir a verlo con sus propios ojos en el vídeo.
Todo había cambiado. Por entonces, Hugo Mallo ya estaba renqueante y fue sustituido incluso antes del final de la primera parte. Como en el banquillo no había laterales, David Costas se vio obligado a ejercer de tal en un escenario en el que el Alavés había olido las dudas y apretaba con mucha más consistencia y acierto en el centro del campo,  con Wakaso y Manu García mordiendo.
La sensación de superioridad anímica local se mantuvo en el arranque de la segunda mitad, especialmente porque enseguida llegó el gol que la corroboró. Fue en un saque de esquina tras una parada de Rubén a un cabezazo de Joselu precedido por un empujón a Okay que el árbitro no vio. El turco debía de estar dando vueltas todavía a esa jugada, porque perdió la marca de Magallán, quien llegando en carrera sin oposición superó por arriba al céltico y cabeceó a gol.

La mandíbula celeste
No encontró la manera de reaccionar el Celta. Y quizás eso fue lo más preocupante. De hecho, Joselu debió marcar el segundo en un mano a mano con Rubén tras un gran pase de Aleix Vidal, que en los segundos 45 minutos se multiplicó en la presión y la decoró con su calidad en las asistencias.
Por fin, empezó a aparecer Denis en los metros finales. El de Salceda asistió primero a Aspas y después lanzó el mismo para que Pacheco desviase a saque de esquina. Era el momento de remover el partido y el técnico celeste, Fran Escribá, quiso empujar hacia arriba sacando a Okay y metiendo en su lugar a Brais. Entre otras cosas, porque el Alavés ya tenía más que claro que debía esperar en su campo.
Los cambios en cada equipo respondían al marcador: los locales, defensivos; los visitantes, ofensivos. Con Rafinha de mediocentro, Escribá dio una vuelta de tuerca más al sacar del campo a un Juncá cansado y con molestias de nuevo en el hombro derecho para meter a Pione Sisto y jugar con tres centrales, jugando por banda a pierna natural tanto el danés por la derecha como Brais por la izquierda.
Faltaban diez minutos y había que ir a por el empate. Pero no dio tiempo a ver si la apuesta ayudaría a generar más peligro en el área rival porque Pione cedió mal un balón atrás, Aleix Vidal llegó antes que Lobotka y su centro fue rematado por Lucas Pérez. Daño. Mucho.

Alavés:
Pacheco; Aguirregabiria, Magallán, Laguardia, Duarte; Vidal, Wakaso, Manu García, Rioja (Pons, min. 71); Lucas Pérez, Joselu (Burke, min.78).
Celta:
Rubén Blanco; Hugo Mallo (David Costas, min.45+1), Joseph Aidoo, Jorge Sáenz, David Juncá (Pione Sisto, min.78); Rafinha Alcántara, Stanislav Lobotka, Okay Yokuslu (Brais Méndez, min.59), Denis Suárez; Iago Aspas y Santi Mina.
Goles:
1-0, m.49: Magallán; 2-0, m.81: Lucas Pérez.
Árbitro:
José Luis González González (comité castellano-leonés). Amonestó a los locales  Wakaso (min. 32), Duarte (min. 38), Manu García (min.45+3), Magallán (min.90) y Lucas Pérez (min.93) y al visitante Juncá (min. 26).
Incidencias:
Encuentro correspondiente a la novena jornada de Liga de Primera División disputado en el estadio de Mendizorroza de Vitoria ante 16.584 espectadores, más de 300 seguidores del Celta.

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