Opinión

Catalanoterapia de doña Francina

Las medicinas alternativas, como las religiones alternativas, necesitan mucha más fe. Con la medicina convencional o con las religiones de toda la vida puedes mantener dudas, ataques racionalistas, pero aprendes a convivir con todo ello. Ahora bien, si te haces Testigo Evangelista del Quinto Día, no te queda más remedio que tener una fe intensa, militante, como un vegano. Y si, confuso ante la medicina convencional, te pasas al bando de los que creen que cociendo aliagas y tomando el caldo antes de desayunar se cura el cáncer de páncreas, hay que abrazarse a esa teoría con la fuerza de los irreductibles, porque como te mueres mucho antes, al menos, lo pasas entretenido.
El último descubrimiento científico de la temporada lo ha llevado a cabo Francina Armengol y su mariachi podemita y nacionalista. Se trata de una nueva terapia lingüística donde los enfermos y los médicos van a ver cambiar sus vidas. Los médicos porque cuando hablan en catalán son mejores. Puede existir un manitas en trasplantes, pero si solo habla castellano Francina Armengol ha ordenado que se elija a un catalanoparlante, que aunque se le caigan las vísceras al suelo, llegará a ser mucho mejor. Y los enfermos, que antes creían que la metástasis era el fin, parece que hay visos de que los carcinomas escuchan hablar en catalán, se acojonan y desaparecen.
Si doña Francesca Lluc Armengol Socías fuese una de esas chicas de cuota que pasaron una vez por la puerta de la universidad, y ya eran concejalas de pueblo a los 20 años y ministras a los 35, tendría dudas. Pero ella es farmacéutica, como su padre y su abuelo, y una boticaria tiene una sólida formación química. O sea, que estamos ante el gran descubrimiento de la temporada: la catalanoterapia. La homeopatía tiene sus días contados.

Te puede interesar