VIGO

“El capitán del crucero nos llevó directos a la zona cero del virus”

José Luis y Flavia en Génova, esperando el regreso a Uruguay.
photo_camera José Luis y Flavia en Génova, esperando el regreso a Uruguay.

Lo que iban a ser una vacaciones familiares en Galicia se acabaron convirtiendo en una auténtica pesadilla. Desde el puerto italiano de Civitavecchia, José Luis Álvarez relata a Atlántico la espera impaciente de un aviso de la naviera para poder volver a Uruguay, junto a su mujer Flavia. Llevan más de 20 días a bordo del crucero “Costa Pacífica”, sin tocar tierra y volverán a América del Sur sin poder haber estado con buena parte de su familia en Sada, Vigo y Crecente. “Estamos bien de salud, pero psicológicamente tocados”, cuenta Joselo, como le gusta que le llamen. “Estamos secuestrados, se han olvidado de nosotros”, relata la pareja, muy molesta con la compañía y especialmente con la decisión del capitán del barco por dirigir el buque con miles de personas a la patata caliente de la epidemia. “No entendemos qué le paso por la cabeza a este señor al meternos en la zona cero del coronavirus en Europa, donde más muertes está habiendo", por Italia y España.
El crucero partió de Buenos Aires el 2 de marzo, al día siguiente Joselo celebraba su cumpleaños a bordo del barco acompañado de su esposa y sus suegros, Norma y Walter Martínez, que se habían autorregalado este viaje por sus 50 años de casados e iban a conocer Galicia. "Ellos pudieron regresar s en avión, no entendemos el criterio que se sigue con los pasajeros porque seguimos esperando en Italia". 
 La primera parada que hizo el crucero fue en Río de Janeiro. Hasta ahí "todo iba de maravilla". Ya en plena travesía, con todo el Atlántico por delante, comenzaron a llegarles las primeras noticias. El cierre de un hotel en Tenerife, los primeros casos en Madrid y en Italia. “La cosa ya pintaba mal, ahí empezó a arruinarse el viaje, no entendemos por qué el capitán decidió seguir y a nosotros nos metieron en la boca del lobo”. Y tanto que fue así porque las escalas programadas del “Costa Pacífica” eran Tenerife, Lanzarote, Málaga, Barcelona, Marsella y Génova. "El bombardeo de información de muertes e infectados era continuo y nosotros sin poder nada y con la incertidumbre de saber en qué puerto íbamos a parar", cuenta Joselo que ayer mismo esperaba volar desde Roma a Montevideo, donde se reencontrará con sus padres. "Ahora más que nunca entiendo el periplo que pasaron cuando emigraron". Y recuerda la aldea -Angudes y Sendelle en Crecente- a la que en esta ocasión no pudieron ir.

Por su parte, los vigueses atrapados en Génova en otro crucero se quedaron sin poder desembarcar ayer para volver a España al no dar autorización Sanidad. "Estamos desesperados", aseguraron.

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