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Braulio Amaro: “La Valedora do Pobo me ayudó, para el Sergas soy un número”

El profesor Braulio Amaro.
photo_camera El profesor Braulio Amaro.
Al profesor vigués Braulio Amaro le diagnosticaron un tumor en la próstata el día 17 de octubre del año pasado en el Álvaro Cunqueiro. Sin embargo, no comenzaría su tratamiento de Radioterapia en el Hospital Meixoeiro hasta ocho meses después, el día 16 de junio de este año.

Un retraso en su opinión “atribuíble al Sergas” en el que pasó por la consulta de distintos servicios que estaban analizando las posibilidades de tratamiento y en el que vio cómo el tumor le producía tres aficiones metastásicas en la cabeza del fémur izquierdo y en vértebras. De la metástasis le informaron en una de estas consultas, el 12 de marzo de este año, justo cuando estaba a punto de comenzar el confinamiento de la población.
Ahora mismo, con el tratamiento iniciado asegura que se encuentra “perfectamente si no fuera porque sé lo que tengo, pero de ánimo estoy estupendo, contento por haber contado mi caso públicamente y físicamente estoy bien”, según asegura.
 Lleva 22 sesiones de radioterapia y le quedan otras tantas, hasta la primera semana de septiembre. Según afirma, "tengo más miedo al PP que al cáncer".

Desesperación con la demora
Su enfado y su desesperación con el sistema, unido a la proximidad de las vacaciones del personal sanitario que podría provocar un nuevo retraso en el inicio de su tratamiento, le llevó a contar su caso públicamente en los medios de comunicación, mediante una carta en la que culpaba de su situación a “las políticas del PP”, además de presentar una reclamación formal ante el Sergas el pasado día 31 de mayo y a pedir la ayuda de la Valedora do Pobo.
 Braulio Amaro está muy agradecido por la intervención de la Valedora do Pobo ante la Consellería de Sanidade porque “actuó rápido y de forma excelente” y después de tantos meses logró que se pusieran en contacto con él. 
El jefe del servicio de Oncología Rdioterápica le llamó para darle una explicación y para señalar que cumplieron un protocolo, pero él no comparte esta versión. Asegura que cumplía el protocolo en marzo, que la primera médica que le atendió se fue de baja y la persona que la sustituyó tenía otro criterio, y que no es de recibo que un enfermo de cáncer tenga que esperar tanto tiempo. Por eso, ahora se presenta como Braulio Amaro seguido de un nuevo apellido, su propio número de historial médico, porque en su opinión para el Sergas “solo soy eso, un número”. 
Añade asimismo que su situación no es un caso aislado, porque en la sala de espera del hospital tuvo la oportunidad de escuchar otras historias similares a la suya, de personas con cáncer que habían sufrido metástasis por otros retrasos.
 Reconoce que le habían empezado con el tratamiento hormonal para evitar que se propagase el cáncer, pero que “eso no es excusa, porque ese tratamiento no cura, es algo paliativo”.
Ahora está en tratamiento y acaba de ver cómo se suprimía el turno de noche, al que estaba acudiendo él mimo, para facilitar las vacaciones del personal sanitario.
 “Los pacientes se redistribuyeron en los otros dos turnos, pero esto significa que no pueden coger a nadie más en verano”, apunta.
Preguntado por las soluciones, considera que es necesario una mejor planificación del sistema y que haya una previsión para cubrir plazas que son muy especializadas, tanto de la gente que se va a jubilar como en vacaciones. 
Braulio Amaro reclama más inversión en personal y medios y que se planifique atendiendo a las necesidades de la población.n
 

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