El astillero construirá dos nuevos cruceros mientras perfila la negociación de la deuda millonaria con los proveedores
Las empresas que trabajan para Barreras ven con buenos ojos el cambio de rumbo del astillero -con Ritz-Carlton al frente- pero admiten que hay preocupación por la deuda de más de 20 millones que todavía contraen con el astillero. "Creemos en el proyecto pero tiene que haber garantías reales de que las auxiliares van a cobrar o las que tienen a 800 trabajadores en las gradas podrían marcharse", señala Enrique Mallón, portavoz de la sociedad Uninaval que aglutina a la mayor parte de la masa acreedora.
En esta misma línea se manifesta el Clúster Naval Gallego (Aclunaga) que muestra su satisfacción por que Ritz haya tomando el mando de la negociación, si bien admite que hay "tensión" en la industria porque, en algunos casos, la deuda es muy abultada, de más de 1 millón de euros. "Las empresas están cumpliendo con los trabajos", señala el gerente de Aclunaga, Óscar Gómez.
Es precisamente el impago a los proveedores el caballo de batalla de Ritz, que admite que su futuro está ligado a "la resolución de los problemas heredados" de los anteriores gestores y dueños del astillero. La deuda es a tres bandas: por un lado la del crucero de lujo 'Evrima' que es está construyendo y, por otra parte, la de los buques que la naviera noruega Havila canceló y la del ferri para Armas que se contrató hace dos años pero que no se inició. En el caso de la primera, el 50% de la deuda está abonada y el segundo pago está ligado al 'tax lease'. En el caso de la de Havila, Barreras acaba de iniciar una acción judicial contra la compañía y, al margen de este proceso, perfila un plan para saldar el pasivo con las auxiliares y que espera tener a mediados de octubre, previa auditoría de los importes.
Mientras, el astillero sigue en pie con su plan para construir nuevos barcos y ya está trabajando en el diseño de dos cruceros más que se sumarán al 'Evrima'. La previsión es iniciar la construcción del segundo a finales de este año y del tercero en el primer semestre de 2021. Por otra parte, está negociando con posibles compradores interesados en los dos buques de Havila que se desguazarían si no hubiera inversor.
En esta misma línea se manifesta el Clúster Naval Gallego (Aclunaga) que muestra su satisfacción por que Ritz haya tomando el mando de la negociación, si bien admite que hay "tensión" en la industria porque, en algunos casos, la deuda es muy abultada, de más de 1 millón de euros. "Las empresas están cumpliendo con los trabajos", señala el gerente de Aclunaga, Óscar Gómez.
Es precisamente el impago a los proveedores el caballo de batalla de Ritz, que admite que su futuro está ligado a "la resolución de los problemas heredados" de los anteriores gestores y dueños del astillero. La deuda es a tres bandas: por un lado la del crucero de lujo 'Evrima' que es está construyendo y, por otra parte, la de los buques que la naviera noruega Havila canceló y la del ferri para Armas que se contrató hace dos años pero que no se inició. En el caso de la primera, el 50% de la deuda está abonada y el segundo pago está ligado al 'tax lease'. En el caso de la de Havila, Barreras acaba de iniciar una acción judicial contra la compañía y, al margen de este proceso, perfila un plan para saldar el pasivo con las auxiliares y que espera tener a mediados de octubre, previa auditoría de los importes.
Mientras, el astillero sigue en pie con su plan para construir nuevos barcos y ya está trabajando en el diseño de dos cruceros más que se sumarán al 'Evrima'. La previsión es iniciar la construcción del segundo a finales de este año y del tercero en el primer semestre de 2021. Por otra parte, está negociando con posibles compradores interesados en los dos buques de Havila que se desguazarían si no hubiera inversor.
