El sector prevé mantener el mismo nivel en el último trimestre y afronta un 2021 con mayor incertidumbre
La automoción viguesa refuerza su papel de motor de la economía gallega como uno de los sectores que mejor está encarando la recuperación. Su actividad se mantiene en niveles altos rondando el 100% de su capacidad, según cifra la patronal del metal de Galicia, Asime. “La gran mayoría de las empresas están al 90%, tanto proveedores de primer y segundo nivel y actividades de toda la cadena de valor y la previsión hacia el cierre del año es de continuar con esta dinámica”, señala el secretario general, Enrique Mallón, que lanza un mensaje de “cautela y mucha prudencia” por el difícil entorno económico a nivel mundial y los rebrotes por la pandemia. "La mayor incertidumbre es hacia 2021", afirma.
De ahí que la figura del ERTE se haya generalizado en toda la industria automovilística gallega, con el núcleo duro en la comarca viguesa, donde prácticamente todas las empresas tienen expedientes de regulación de empleo aprobados pero que, por el momento, no se han usado. En Vigo, PSA puso la primera piedra de esta segunda oleada de ERTES tras una primera con los de fuerza mayor durante el estado de alarma.
Los ERTES (ahora en su gran mayoría por causas organizativas, económicas y de producción) son la tónica general en la automoción en España. Así lo constata la patronal nacional de proveedores, Sernauto, que revela que el 88% de las empresas presentaron uno, y que 4 de cada 10 tienen previsto mantenerlo con carácter total o parcial. El 55% de las compañías prevén mantener entre el 10 y el 30% de la plantilla, mientras que el 22% tendrían a más del 50% en esta situación.
Las empresas auxiliares de automoción encaran el último trimestre con un nivel de actividad de más de un 80% para el grueso del sector, mientras que un 20% cifra entre un 60 y un 80% la capacidad de producción. “Las cifras acumuladas y las previsiones para el año siguen siendo preocupantes”, indica el director general de Sernauto, José Portilla, que urge la puesta en marcha de la Mesa de Automoción para acelerar la recuperación del sector. En cuanto a volumen de negocio, las estimaciones de la patronal estatal para 2020 se sitúan en un descenso respecto a la facturación anual: un 78% de las empresas estiman una caída de entre un 10 y un 30%. La facturación en el primer semestre del año fue entre un 20 y 30% inferior al presupuesto para casi la mitad de las empresas de componentes de automoción.
De ahí que la figura del ERTE se haya generalizado en toda la industria automovilística gallega, con el núcleo duro en la comarca viguesa, donde prácticamente todas las empresas tienen expedientes de regulación de empleo aprobados pero que, por el momento, no se han usado. En Vigo, PSA puso la primera piedra de esta segunda oleada de ERTES tras una primera con los de fuerza mayor durante el estado de alarma.
Los ERTES (ahora en su gran mayoría por causas organizativas, económicas y de producción) son la tónica general en la automoción en España. Así lo constata la patronal nacional de proveedores, Sernauto, que revela que el 88% de las empresas presentaron uno, y que 4 de cada 10 tienen previsto mantenerlo con carácter total o parcial. El 55% de las compañías prevén mantener entre el 10 y el 30% de la plantilla, mientras que el 22% tendrían a más del 50% en esta situación.
Las empresas auxiliares de automoción encaran el último trimestre con un nivel de actividad de más de un 80% para el grueso del sector, mientras que un 20% cifra entre un 60 y un 80% la capacidad de producción. “Las cifras acumuladas y las previsiones para el año siguen siendo preocupantes”, indica el director general de Sernauto, José Portilla, que urge la puesta en marcha de la Mesa de Automoción para acelerar la recuperación del sector. En cuanto a volumen de negocio, las estimaciones de la patronal estatal para 2020 se sitúan en un descenso respecto a la facturación anual: un 78% de las empresas estiman una caída de entre un 10 y un 30%. La facturación en el primer semestre del año fue entre un 20 y 30% inferior al presupuesto para casi la mitad de las empresas de componentes de automoción.
