Economía

La automoción echa el freno

La fábrica de PSA Vigo tiene un turno de trabajo suspendido en una línea de montaje.
photo_camera La fábrica de PSA Vigo tiene un turno de trabajo suspendido en una línea de montaje.

Habrá más bajada de producción de coches y de ventas en España y los sindicatos advierten de un 'tsunami laboral'. El futuro incierto del 'diésel' y la desaceleración en Europa, entre las causas

Las luces rojas de alerta se encienden en el sector de la automoción. En España las ventas de coches acumulan ya nueve meses consecutivos a la baja y las perspectivas de producción en las fábricas instaladas en nuestro país son de bajadas generalizadas, principalmente por la incertidumbre que acecha a esta industria por el futuro de los vehículos diésel y de gasolina y por la desaceleración económica que está sufriendo Europa. Los sindicatos temen un 'tsunami laboral' si las ventas siguen cayendo. 
La producción de coches en España cayó un 5,5% en el primer cuatrimestre de este año. Sólo en abril, el descenso fue de un 16%, según datos de la patronal Anfac, que achaca esta situación al revés que está sufriendo las exportaciones (un 14% en abril) especialmente a Europa, que concentra más del 80% de las ventas de coches que se fabrican en nuestro país. Con una Italia en recesión, Francia y Alemania rozándola y Reino Unido lidiando con el 'Brexit', las perspectivas para los próximos meses no son buenas. Anfac (fabricantes), Faconauto (concesionarios) y Ganvam (vendedores) ya tienen asumido que 2019 será negativo.
El mercado nacional sigue la misma tónica. Las ventas de coches descendieron hasta un mayo un 5,1%, especialmente los vehículos diésel por la incertidumbre sobre el futuro de este combustible y la implantación el año pasado de la nueva normativa europea sobre emisiones contaminantes. En España, el Gobierno fijó para 2040 la prohibición de circulación de coches con estos motores. Antes, para 2025, llegará a Noruega, seguido de otros países mucho más comprometidos con la reducción de emisiones como Dinamarca, Holanda, Irlanda o Alemania. 
Uno de los fabricantes que lleva la delantera es PSA Peugeot-Citroën, que a partir de 2020 fabricará vehículos eléctricos en todas sus factorías. El grupo francés es un referente en este mercado y en especial la planta de Vigo que  ya ensambló modelos eléctricos hace más de 20 años con la emblemática furgoneta C15. La factoría de Balaídos también marcó un hito en Europa hace tres años participando junto al CTAG en el desarrollo de un prototipo de coche autónomo (sin conductor).
En estos momentos la fábrica gallega es una de las mejor posicionadas hacia 2020 por los nuevos modelos que va a producir (un todocamino para Peugeot y una furgoneta para Toyota) que le permitirán un repunte de la actividad. No obstante, lleva años con caídas de producción, tiene un turno de trabajo suspendido en una línea de montaje y un ERE temporal en vigor por la caída de las ventas, especialmente a países emergentes como Turquía. 
Otras fábricas como Ford (Valencia) o Nissan (Ávila) recortarán producción a partir de este verano. Ford prevé fabricar unos 14.000 coches menos de lo previsto en lo que queda de año, por lo que reducirá turnos de trabajo con la consiguiente pérdida de empleo. Nissan en Ávila dejará de producir a partir del 9 de agosto. Sobre la plantilla planea un ERE que puede afectar a unos 100 trabajadores, quienes amenazan con huelgas para el 13 y 14 de junio.
Los sindicatos a nivel nacional urgen que se pongan en marcha medidas correctoras "o llegará el tsunami con una repercusión muy grande en el empleo", indica el responsable de automoción  de UGT Jordi Carmona. CC OO ve "estabilidad a corto plazo" en el mercado laboral de la automoción gracias a medidas como las jornadas de adecuación, bolsa de horas o los ERTE (como el de PSA Vigo) que tampoco conllevan despidos, pero los sindicatos advierten del medio y largo plazo, especialmente por la incertidumbre sobre el futuro de los combustibles tradicionales.
La ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, insistía hace unos días en revisar la fiscalidad que se aplica al diésel y a la gasolina, con un posible objetivo de igualarlas. Mientras, el sector urge un plan estratégico para la automoción que garantice su futuro en medio de la gran incertidumbre que vive a nivel mundial con la guerra comercial entre EE UU y China en plena ebullición.

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