REDONDELA

Aucosa defiende su legalidad: "No hay residuos peligrosos"

La planta de transformación de residuos de pescado en harinas y aceites lleva 45 años en Rande.
photo_camera La planta de transformación de residuos de pescado en harinas y aceites lleva 45 años en Rande.
La fábrica de aceites y harinas se ampara en las resoluciones favorables del ayuntamiento
 El mal olor que inunda las calles de Cabanas, en las inmediaciones de Rande, ha llevado a los vecinos a levantarse contra la industria causante del mismo: Aucosa, una fábrica de aceites y harinas a partir de restos de pescado. Los últimos recursos presentados por estos ante el ayuntamiento denuncian la ilegalidad de dicha fábrica por, entre otras cosas, violar la Ley de Costas y la privacidad de los vecinos.
Aucosa se defiende con las propias resoluciones del ayuntamiento redondelano sobre los mencionados recursos de reposición: "El último ha sido rechazado punto por punto. Ni es una planta que esté en un suelo marítimo-terrestre ni hay un inconveniente en que la industria se asiente aquí, no hay absolutamente ninguna situación en contra. Los siete puntos del recurso han sido rechazados taxativamente", expresa el gerente de Aucosa, Roberto Casas.
Una de las acusaciones más graves que los vecinos plasman en sus quejas son los vertidos de 15.000 metros cúbicos en la Ría de Vigo, que la empresa aclara: "Se trata de un vertido depurado y está autorizado por la Xunta de Galicia. Aquí no hay un residuo peligros ni mucho menos, estamos absolutamente controlados por una autorización ambiental integrada". Y es que, además, la plataforma vecinal advierte de emisiones de trimetilamina, un compuesto orgánico asociado a la descomposición de animales y plantas, en especial el pescado, que Aucosa niega rotundamente.
 De acuerdo con la empresa, el único problema que sus actividades generan en la zona son los malos olores, para lo cual ya se encuentran trabajando, pues actualmente están cambiando toda la maquinaria para que sea completamente estanca y no se escapen los olores gracias a un aparato –oxidor térmico regenerativo, más conocido como "termodestructor de olores"– que canaliza las emanaciones y las quema a 900 grados para que no haya olor. En total, Aucosa invertirá unos 10 millones en terminar "de una vez por todas" con este problema y espera que hacia finales de año puedan desarrollar su actividad sin emitir estos olores. Advierte su gerente que no entiende "la mala recepción" de este proyecto de mejora. "No nos dejan actuar. Se les ha metido en la cabeza que Aucosa tiene que desaparecer de aquí cuando tenemos todo en regla", explica.

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