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Alertan del envejecimiento de la población drogodependiente

Lucía Pereda y Elvira Rivas trabajan en la Asociación Érguete, que acaba de cumplir 35 años.
photo_camera Lucía Pereda y Elvira Rivas trabajan en la Asociación Érguete, que acaba de cumplir 35 años.
La Asociación Érguete, que  ya ha tratado a 4.188 personas, pide residencias específicas

  En constante adaptación desde hace 35 años, los profesionales de la Asociación viguesa Érguete que trabajan en favor de las personas con adicciones, siguen reinventándose para hacer frente a las nuevas circunstancias, entre ellas también la que ha traído consigo el covid.
 

Superadas las dificultades del confinamiento, el colectivo, que ya ha atendido a 4.188 usuarios desde los 13 a los 60 años , alerta de un nuevo problema: el envejecimiento de la población adicta a los estupefacientes. “Son los drogodependientes de los 80 y 90 que ahora están sobre los 50 y 60 años y que cuentan con trastornos asociados, con un deterioro importante tanto físico como cognitivo y para los que no hay recursos”, explica la coordinadora de Érguete, Elvira Rivas. Según explica, “estas personas funcionan bien cuando están dentro de un recurso tutelado, viviendas o centros, donde hay un educador que les marca su día a día, pero cuando acaba ese proceso, vuelven a la calle, no son capaces de manejar su vida y es una vuelta a empezar, una vuelta a prisión”.
Rivas insiste en que es “un problema nuevo porque están apareciendo ahora y es necesario que las administraciones se adelanten para buscar una solución”. El colectivo considera que habría que crear residencias de mayores para personas con patología de drogodependencia, con recursos específicos como en el caso de las personas con discapacidad Incide la coordinadora y trabajadora social en que “todavía es un colectivo muy estigmatizado e invisibilizado”.

El móvil, las apuestas y las redes sociales, la heroína del siglo XXI

 El perfil de la persona adicta ha cambiado en los últimos 35 años y se ha ampliado. Lucía Pereda, coordinadora del Programa de Formación e Integración con Menores de la Asociación Érguete, asegura que  la edad de inicio al consumo se ha adelantado “se ha pasado los 14 y 15 años, a los 12 o 13”. En la población menor de edad, las actuaciones más frecuentes son por  consumo de  cannabis,  alcohol y “sobre todo  de adicciones sin sustancia (móvil, redes sociales o apuestas) que  han experimentando el mayor incremento y suponen un grave problema. Es la heroína del siglo XXI”. Pereda asegura que “la adicción al móvil es transversal, no sólo es el tiempo que se le dedica, sino el contenido y es un problema que se extiende a los adultos. Está tan normalizado el uso del teléfono que cuando te pones a trabajar con un menor y quieres abordar el uso o abuso del mismo, ellos no lo identifican”. Tampoco tienen percepción del riesgo, afirma, en el consumo de cannabis o alcohol. n

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