Sociedad

Aguas termales, la primera cocina de la especie humana

Termas de Prexiguiero, en la localidad de Ribadabia.
photo_camera Termas de Prexiguiero, en la localidad de Ribadabia.
Un nuevo estudio revela que los primeros humanos habrían empezado a cocinar aprovechando su calor

n n n Manantiales de aguas termales existieron en la Garganta de Olduvai cerca de los primeros sitios arqueológicos humanos, según las nuevas evidencias descubiertas en este yacimiento de Tanzania. La proximidad de estas características hidrotermales plantea la posibilidad de que los primeros humanos pudieran haber usado fuentes termales como recurso para cocinar, mucho antes de que se pensara que los humanos usaban el fuego como fuente controlada para cocinar, según un estudio dirigido por investigadores del MIT y la Universidad de Alcalá de Henares.
Algunos de los restos más antiguos de los primeros antepasados humanos fueron desenterrados en Olduvai Gorge, un entorno del valle del rift en el norte de Tanzania, donde los antropólogos descubrieron fósiles de homínidos que existieron hace 1,8 millones de años. La región conservó muchos fósiles y herramientas de piedra, lo que indica que los primeros humanos se establecieron y cazaron allí. "Por lo que sabemos, esta es la primera vez que los investigadoresevidencian la posibilidad de que las personas estuvieran usando ambientes hidrotermales como un recurso, donde los animales se habrían estado reuniendo y donde el potencial para cocinar estaba disponible", dice en un comunicado el coautor del estudio Roger Summons, profesor de Geobiología de Schlumberger del MIT.
Hace seis años, se inició un proyecto de reconstrucción del paisaje que en aquella época había en el yacimiento FLK West. Investigadores españoles, junto a estadounidenses y daneses comprobaron que en la superficie de todo aquel paisaje de 1,7 millones de años abundaban los biomarcadores de la vegetación y la fauna que contuvo. 

unos lípidos inesperados
La autora principal del estudio, Ainara Sistiaga, encontró rocas arenosas recolectadas de la capa de Olduvai y comenzó a analizarlas en el laboratorio de Summons en busca de signos de ciertos lípidos que pueden contener residuos de ceras de hojas, ofreciendo pistas sobre el tipo de vegetación presente en ese momento. Dentro de los sedimentos que trajo de regreso tras esta expedición arqueológica en Olduvai, Sistiaga encontró lípidos que se veían completamente diferentes a los lípidos derivados de plantas que conocía. Se dio cuenta de que coincidían estrechamente con los lípidos producidos no por las plantas, sino por grupos específicos de bacterias sobre los que sus colegas ya habían informado hace casi 20 años.
Los lípidos que Sistiaga extrajo de los sedimentos depositados hace 1,7 millones de años en Tanzania eran los mismos que son producidos por una bacteria moderna que Summons y sus colegas estudiaron previamente en los EEUU, en las aguas termales del Parque Nacional Yellowstone. Se trata de un organismo hipertermofílico que solo prosperará en aguas muy calientes, cuya temperatura supera los 80 grados centígrados, como las que se encuentran en las aguas termales hirviendo. Es decir, parece que las bacterias amantes del calor podrían haber vivido en Olduvai Gorge hace 1,7 millones de años. El hecho de que la presencia de los homínidos se intensificara cerca de dichos lugares significa que, muy probablemente, supieron hacer uso de dicho recurso. n 

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