Los olivareros de Jaén, la mayor extensión mundial de producción de aceitunas, están hartos. Ven, como han visto y ven los ganaderos de leche que los precios siguen en los niveles de hace veinte, treinta o más años en los que mientras tanto han subido todos los costes de producción, y se ha producido una subida exponencial de los precios en los supermercados. Cuando un sector productivo llega al nivel de la protesta unánime es el momento de arbitrar soluciones generales, de reunir a todos los sectores implicados para trabajar en soluciones satisfactorias que atiendan todos los aspectos, desde los que afectan a la producción y a la distribución como a la modernización y la lucha contra prácticas que no son aceptables. Los aceituneros altivos que cantó Miguel Hernández siguen levantando los olivos con su sudor pero sometidos ahora a unos mercados más complejos, más competitivos y todavía menos compasivos. “Jaén levantate brava”. Dice el ministro de Agricultura, que comparte el diagnóstico de los problemas que denuncian los agricultores. Ahora solo hace falta la cura en forma de efectivo.
