Opinión

A roda da vida

Colar de faíscas. / Ronsel de estreliñas. (Suena una gaita gallega. Se oye el chiflo de un afilador).

- Afiador e paragueiro, / teño dous amores / que son dous coitelos: / un que corta moito, /outro que está cego, / ¿cal destes amores / me avías primeiro? 

-Rapaciña nova, / eu vou tras da roda; / sigue tú os teus soños, / eles guiarante, / saben o camiño; / pero has de velarte, / ollo con quen tratas / que hai moito moinante.

-Afiador e paragueiro, / teño dous amores / que son dous coitelos: / un que corta moito, / outro que está cego, / ¿cómo distinguir / o amor verdadeiro? 

-Rapaciña nova, / trata de lembrarte: / risas e  non rifas, / cantos e non prantos, / bicos non beliscos, / trato non maltrato. / Trata de velarte, que hai moito moinante.

-Afiador e paragueiro, / ti amola que amola, / ti xira que xira, / ti chifra que chifra / coñeces a vida. 
Ronsel de faiscas. / Colar de estreliñas. / Xira que te Xira / A roda da vida. (Al fondo se oye el chiflo de un afilador) 

La letra la escribió un servidor; la música los hijos de unos gallegos maquetos. Más de Euskadi que el bacalao al pil-pil, el grupo se llama “Briganthya”, de Brigantia, la ciudad de Breogán según la tradición celta; o de Brigantium, Betanzos, según la tradición romana. Es decir, su música es tan internacional como el “polbo á feira”, su folk tan legítimo como el irlandés, su esfuerzo tan auténtico como el de sus progenitores y su peregrinar tan noble como el de la ruta xacobea.   

Han actuado en Segovia, Teruel, Burgos, Zamora, Madrid; y en el sur de Francia; y en la vecina Lusitania; y en el “Teatro Rubén Darío” de Managua; y en Rumanía, junto al Castillo de Drácula. Han compartido cartel con The Chieftains, Luar na Lubre, Berrogüeto, Carlos Núñez, Cristina Pato, Gordon Duncan, John Mc Sherry…
Se llaman David Fernández (acordeón), Dani Conde (gaita), Edu Andérez (guitarra) y Eneko de la Fuente (voz). Me enviaron una maqueta y me rogaron que le pusiese la letra. “En gallego”, me suplicó Eneko, cuyo padre es de Luintra. Son vascos, de los que casi siempre nos ganan en las regatas con las traineras. Rebuscaron en sus raíces sin complejos. Ahora pasean nuestro folclore, nuestra lengua, las chispas de nuestro afilador (“colar de faiscas”) y el Camino de Santiago (“ronsel de estreliñas”) por los confines del planeta. Eskerrik asko.

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