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300 años de la primera Reconquista

Grabado de la toma de Vigo por las tropas inglesas en noviembre de 1719.
photo_camera Grabado de la toma de Vigo por las tropas inglesas en noviembre de 1719.
En noviembre de 1719 las tropas británicas se tenían que retirar de Vigo, plaza que habían conquistado unas semanas antes. 90 años después volvería a pasar con el Ejército francés, en la Reconquista oficial 
nnn Vigo tuvo una Reconquista famosa, la del 28 de marzo de 1809, recuperando la plaza a la guarnición francesa que la ocupaba, lo que le valió el título de Ciudad Leal y Valerosa. Pero no fue la primera vez que pasaba. Justo 90 años antes la villa viguesa también fue recuperada a las tropas invasoras, en este caso ingleses. Justo estos días de noviembre se cumplen 300 años de aquella reconquista casi olvidada, pero no menos importante. En aquellos momentos, Vigo estuvo muy cerca de convertirse en el Gibraltar gallego.  
El Vigo de 1719 se encontraba todavía en pleno "resaca" de la Guerra de Sucesión al trono, que había tenía uno de sus más famosos episodios en la Batalla de Rande (y en la toma de Gibraltar). Era una plaza bien fortificada, defendida por la batería de Laxe, el fuerte de San  Sebastián y el castillo del Castro. Buenos muros guardaban la villa, pero apenas había quinientos soldados regulares, el resto eran milicianos que poco podían hacer contra un enemigo bien disciplinado y entrenado.
 La historia cuenta con la flota invasora inglesa fondeó en la Ría el 10 de octubre. Vigo se rindió el 12 y pese a las súplicas de las autoridades municipales, fue saqueada sin contemplaciones. Quedaba por tomar el castillo del Castro, bombardeado con grandes piezas desde la fortaleza de San Sebastián. El 17, tras otra ración se intimó a los defensores, militares profesionales,  a rendirse. No lo hicieron. Pero finalmente, tras un acuerdo honorable, el 21 de octubre los supervivientes de la guarnición abandonaron O Castro dejando atrás una estadística trágica: 66 muertos y 164 heridos según las fuentes españolas. Los ingleses contaron más de 300 muertos o heridos, admitiendo haber perdido por su parte "solo dos oficiales y tres o cuatro hombres muertos". Vigo estaba tomado. Pero como les ocurriría 90 años después a los dragones franceses, los destacamentos ingleses, obligados a alejarse cada vez más de su campamento, sufrieron un continuo goteo de bajas. Todos los días traían "los paisanos y voluntarios algunos prisioneros y desertores, matando a algunos enemigos", cuenta el historiador Rodrigo García-Muñoz. Frustrados, los británicos no se anduvieron con contemplaciones: con motivo de haber dado muerte unos paisanos armados a tres centinelas enemigos en las proximidades de Vigo, salió de la villa un grupo armado de trescientos soldados para capturar a aquellos campesinos. Al no poder conseguir su propósito pusieron fuego a unas treinta y cinco o cuarenta casas de los alrededores.
Sin embargo, alegando la escasez de víveres, que padecía, el comandante británico reembarcó a su ejército y zarpó el 7 de noviembre. La toma de la villa, añade García-Muñoz, dejó en Gran Bretaña un regusto agridulce. Aunque había quedado patente la vulnerabilidad de las costas españolas, ni Vigo tenía entidad suficiente como objetivo de prestigio, ni el botín obtenido compensó el coste de la operación. n

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