DOS AÑOS DESDE LA OLA DE INCENDIOS

20.000 árboles nuevos en Chadebrito, ardió un millón

Chandebrito recibió la visita de Jesús Calleja, quien donó árboles para un bosque que lleva el nombre de su programa.
photo_camera Chandebrito recibió la visita de Jesús Calleja, quien donó árboles para un bosque que lleva el nombre de su programa.
El 99 por ciento de la superficie de esta parroquia quedó arrasado por las llamas y fue donde se registraron dos fallecimientos
nnn En el área metropolitana de Vigo, la parroquia nigranesa de Chandebrito fue la que recibió el mayor impacto en la ola de incendios del 15 de octubre de 2017. De hecho, a la pérdida de cerca del 99 por ciento de su superficie forestal hubo que añadirle el fallecimiento de dos personas al quedar atrapadas en su vehículo en un sendero –en aquella jornada murió una tercera persona, un vecino de la parroquia viguesa de San Andrés de Comesaña–. Dos años después, Chandebrito intenta reponerse de la tragedia poniendo hincapié en la recuperación de especies autóctonas tras plantarse más de 20.000 árboles en los últimos 24 meses, a pesar de que todavía quede madera quemada por retirar –un 10 por ciento de la masa forestal afectada–. 
Chandebrito es la zona más reforestada por el momento, pero aún así está muy lejos del volumen anterior: “A 700 árboles de media por las 460 hectáreas que hay, la cifra de árboles quemados superó con creces el millón de árboles quemados”, asegura Víctor Manuel Vidal, presidente de los comuneros de Chandebrito.
En estos montes está creciendo mucho eucalipto, se realizan de forma continuada desbroces para mitigar la presencia de esta especie invasora. Entre sus principales líneas de trabajo para la reposición en las zonas afectadas, en Chandebrito se apuesta por la variedad de especies autóctonas para recuperar la “estampa verde” de la que gozaba en antaño: “El monte se está recuperando a pasos agigantados. Hemos plantado robles, castaños, nogales y más frondosas. Es un trabajo continuo”, asegura el presidente de los comuneros.
En esta parroquia son conscientes de que “por el cambio climático y la tendencia de las explotaciones forestales” es muy posible que tengan lugar nuevos episodios de gran virulencia como los incendios de hace ahora dos años: “Vimos el peligro muy de cerca y aunque pase el tiempo, esas imágenes siguen en nuestra memoria”, añade Vidal. n

Te puede interesar