Cartas al director

Naturaleza primigenia

 El hombre nació con un don hermoso pues era una parte de la naturaleza. Bebía y comía de ella pues era su riqueza. Respetaba la pureza y la calidad de vida se mantenía. Hasta que un día, aburrido de tanta belleza, creó a la tecnología para hacerle más fácil su recién lograda burguesía. Sometió entonces a toda la naturaleza encasillándola en parcelas, granjas y frigoríficos; aun a costa de ir perdiendo la dorada armonía.
El agua ya no es pura para beber directa. Los peces ya no asoman la cabeza, pues enredados en plásticos de cerveza se hunden hasta el fondo de los mares. Y he visto a pájaros que para beber la pútrida agua, tienen que primero apartar con sus picos la porquería humana que flota por encima.
Y me ha dado verdadera vergüenza, porque yo también soy una parte del problema. Nunca más volverán los tiempos hermosos de fusionarnos con la naturaleza viva. Solo a la hora de la muerte volveremos a la tierra, y ella nos envolverá cálidamente, perdonándonos nuestra terrible blasfemia.