Cartas al director

¡Despertad del sueño civilizado!

 Igual que un niño que se quema por primera vez y aprende para siempre que el fuego es dolor, al ser humano le falta la colleja necesaria que un día de estos nos propinará la naturaleza. Un día aprenderemos de mala manera que somos lo que creamos; básicamente basura. Basura humana incapaz de reconocer que el fuego ya prende entre nuestras ropas. 
Los que mueren luchando y son ignorados, los que luchamos hablando y no somos oídos, los que hacen pactos bien intencionados, pero escasos; somos parte de ese estercolero aunque no lo queramos. La especie humana es un virus que ha infectado el mundo, y existe una ley natural que acabará poniéndonos en nuestro sitio, pues cuando un ser depredador esquilma en demasía el ecosistema que le mantiene; acabara precariamente sometido a la realidad, o directamente extinguido. 
Jugamos con fuego, pero somos niños y hasta que no nos quememos no aprenderemos. 
¡Despertemos! 
Cambiemos el futuro, extingamos ese fuego mientras podamos, o arderemos en ese infierno que nosotros mismos alimentamos. Los gobiernos dictan las normas ecológicas, pero tenemos que ser los ciudadanos los que con nuestros actos cívicos y votos inteligentes les indiquemos lo que queremos. 
Y un último mensaje para los ricos que llenan sus piscinas, para las ciudades que derrochan electricidad en luces navideñas y para otros mil similares ciudadanos con la ética olvidada en el fondo de sus carteras: tener dinero para vivir es interesante, pero; ¿de qué servirá ese dinero cuando ya no tengamos un mundo en el que gastarlo?