John Lennon contó en una ocasión que cuando tenía cinco años su madre siempre le decía que la clave de la vida era la felicidad. Cuando fue a la escuela, le preguntaron que quería ser de mayor, a lo que respondió que quería ser feliz; le dijeron que no entendía la pregunta y el respondió “pues ustedes no entienden la vida”.
La noticia de la muerte de María José Carrasco con la ayuda de su marido me causa dolor y sensación de fracaso; para que una persona llegue a esa situación debe recorrer un largo camino en compañía de personas que no entienden la vida, profesionales, amigos, familiares acompañándola sin llegar a generar en su corazón ese amor sin el que no existe la felicidad y la vida pierde su sentido.
Cada año unas 300 personas se quitan la vida en nuestro país.
Los medios se hacen eco de declaraciones de políticos sobre un derecho a quitarse la vida, y facilitar esto a personas enfermas, pero cada día cientos de profesionales, miles de enfermos, muchísimas familias conviven con el dolor, con la enfermedad, con distintas formas de sufrimiento, precisamente para dar felicidad sentido a cada vida.
Por eso, quiero aprovechar este foro para apoyar la propuesta de la doctora Robinson – experta canadiense que visitó nuestro país recientemente-: debemos extender los cuidados paliativos a toda la población, la protección a la dependencia de cubrir las necesidades de todos los ciudadanos, únicamente después esto podemos abrir el debate político en términos razonables.