Ante todo permítame que envíe mis condolencias a la familia de Adolfo Valverde Quintáns a cuyos ancestros he conocido.
Como asiduo lector de este periódico desde su nacimiento hace mas de cuatro décadas, usted casi todas las semanas escribe en esta sección.
Permítame Sr. Besada sugerirle con respeto, que con ese ardor que le pone a sus artículos, no sólo reivindique y mencione A Ramallosa, uno de los parajes más bellos del mundo. Le hablo con conocimiento de causa, puesto que he vivido y conocido en ciudades y pueblos preciosos que se llevarán siempre grabados en la retina.
Conozco el Valle Miñor y a sus gentes desde hace décadas, más de cuarenta años. Desde el insigne ferrolano, vecino de A Ramallosa don Gonzalo Torrente Ballester, cuando adquirió un sillón de bambú y mimbre estilo "Pavo real". También recuerdo entre otra tanta buena gente a Alfonso del Restaurante Argentino y a otro Alfonso, el del negocio de bicicletas que si no me equivoco, es familiar suyo.
Vd. con buen criterio, ensalza la belleza de A Ramallosa, el Puente Romano, Santa Cristina, el Paseo que pasa de Nigrán a Baiona, como el río Miñor.
Está bien que reivindique su pueblo natal, no obstante el Valle Miñor tiene otras parroquias y aldeas que serán dignas de mencionar por su parte, Panxón, Patos, Playa América, y la Costa Serena, o Camos. También la Ladeira y la riqueza natural del Estuario de La Foz o "Fox".
Las bondades del mar y de sus vecinos. Bueno, don Jesús, en beneficio a la brevedad, le agradecería solamente tenga en cuenta lo antedicho. Un saludo afectuoso y sincero.
