Cartas al director

Sánchez: ¿Función o derivada?

No son pocas las veces que en esta sección se opina de las más diversas materias teniendo pocos datos  reales sobre las mismas.
Cuando se habla de temas importantes, íntimas sensibilidades aparte, entre los pecados contra el asentimiento está el irme por las ramas, aunque cualquier aficionado a la  psicología del comportamiento de las plantas de jardín pueda rebatirlo. El rigor siempre es un compañero de viaje aconsejable, sobre todo cuando se trata de cosas capitales.
Me acabo de levantar y  en estas tempranas horas, rodeado de las paredes pintadas de silencio matutino, respirando fuerte frente a la mañana este aire reparador de la noche, olvidándome de mis dolores seniles, aún me resuena en los oídos –dentro de este ajetreo político- el peso de la lógica que, totalmente ausente, muestran nuestros políticos en su lenguaje como herramienta de expresión llenas de giros fantásticamente pictóricos o musicales.
Ayer mismo he ganado una partida de tute -después de un empate a cuatro, iniciamos la revancha a seis - y eso me salvó de tener que pagar la consumición: dos aguas y dos cortados, que era lo que se jugaba. Y aun por encima, me he recochineado un poco, así como sin querer, ya saben, que es lo que se estila sobre el perdedor  comentando solo de pasada esta o aquella jugada decisiva, y delante de algunos curiosos entendidos.  Es lo que siempre se suele hacer y siempre se hace, Barcala arriba y abajo. Eso sí, dándome solo la adecuada importancia que una simple partida de tute supone. Y eso que me sacó las cuarenta y veinte en bastos en la última. Pero con todo gané. Y fui un ganador. Eso, ya dije, aquí en Barcala se le llama así.
En otros lares dicen políticos diversos -más que hablar ladran- que Sánchez es el ganador. Pues si es el ganador, ¿qué le pasa entonces para no ser proclamado presidente? ¿Y tú me lo preguntas Carabobo? Pues simplemente que no ha ganado. Que ha tenido muchos votos, sí, pero no los suficientes. ¿O no ves como en otros sitios, otros con más votos y más mayoría tampoco son los ganadores?
Yo he ganado limpiamente, sin renuncios ni trampas, pero Sánchez no. No reúne la mayoría, y con eso ya está dicho todo. ¿O es que nos quieren hacer tan tontos que no sepamos sumar?
En matemáticas, se dice que una magnitud es función de otras si el valor de la primera depende del valor de la segunda. (Quédense con esta frase.) Y eso es exactamente lo que le pasa a Sánchez.
Que no es función, sino que más parece a derivada, de donde sale deriva; desvío del viento, sin rumbo, dominado por las circunstancias, a merced de la corriente. Esto es lo que es. Lo demás son paparruchadas o teatro, pero del malo, sin llegar siquiera a las suelas de Barriga Verde.