Cartas al director

Acoso y derribo contra el párroco del Carmen de Moaña y Cáritas

 La tolerancia que la jerarquía de la Iglesia Católica ha tenido para su autodefensa en los últimos años, de nada ha servido para buscar la reconciliación de todos los españoles y mucho menos para la defensa de los ataques mancomunados y bien organizados, que hoy vive la Iglesia y sus instituciones más relevantes, entre ellas Cáritas. Todo ello reune a un sin número de lacayos, unidos por la inquina destructora y fabricada por los enemigos jurados de la Iglesia Católica, que aceptando cínicamente todo aquel buenismo sincero y reconciliadora que la Iglesia exhibe, para a su nombre, manipular y desarrollar toda su estrategia seductora, iniciando la misma por la familia católica y sus representantes en los pueblos. Así se inició este acoso en Moaña hace ya mas de dos años hoy con distinto protagonista, pero no distantes del anterior. Lo que pica y se extiende la inquina, como se dice en el argot beisbolero, luego de dos intentos programados y fracasados, aparece un tercero para seguir los ataques a nuestro párroco con un nuevo ingrediente, Cáritas parroquial. Pretendiendo como dice el popular dicho: matar dos pájaros de un solo tiro. Tal vez le salga el mismo por la culata y  ya veremos a quien o quienes alcanzan los perdigones.
Sin mas preámbulos quiero referirme a la denuncia pública y con foto incluida de dos ciudadanos, vecinos de nuestro pueblo y reseñado en la prensa, donde denuncian, no solo al párroco del Carmen de Moaña, también a Cáritas, supuestamente al primero por que les pone a rezar y hacer  cola para entregarle alimentos y a Cáritas por que algunos alimentos que ellos alegan, están caducados, incluyendo los huevos. Tal vez aquí cabe aquel sabio refrán: el desagradecido no tiene fronteras y es sinónimo visible de un mal nacido. Eso me lo repetía mi madre con mucha frecuencia de niño.
Todo ello hace saltar la alarma ciudadana en nuestro pueblo, católico por naturaleza y noble por tradición. Lo que algunos pretenden poner en duda, atacando descaradamente el trabajo evangelizador y de la familia, que puso en marcha el párroco D. José Luis y para complementar su inquina dañina, intentan meter en el mismo saco a Cáritas Parroquial.
Para ellos, el trabajo mancomunado de la Iglesia y Cáritas es un estorbo mas que perturba su trabajo y politiqueo destructora que entorpece sus chiringuitos para atacar y destruir a la familia. El que iniciaron hace años tomando por asalto los centros educativos del pueblo, contando para ello con el silencio, complejos y cobardías de una derecha sumisa, que sigue hoy en su letargo entreguista.  Las consecuencias están hoy a la vista y las certifican las recientes elecciones. Quien no recuerda quien fue el alcalde que implantó en Moaña los bautizos civiles. El mismo se quedó tan pancho, mientras la oposición le aplaudía silenciosamente el servicio a su causa. Mientras tanto, el mismo cínicamente se jactaba de ser amigo del cura acosado. Con amigos así, vd. no necesita mas enemigos párroco José Luis. El pueblo de Moaña, católico por tradición y tranquilo por convicción, no merece este nuevo espectáculo circense. No está de mas recordar lo ya vivido y con actores semejantes en contra de un párroco. Los recuerdos fueron tristes y traumáticos, el 2002. El sentido común, el respeto y la decencia vecinal, nos llaman a cerrar filas contra estos espectáculos desafortunados para nuestra normal convivencia. Este pueblo noble y trabajador, merece mas respeto y sobre todo consideración de quienes hoy ejercen funciones de gobierno.