Cartas al director

PSOE y Podemos, ¿humillan hoy a Venezuela?

n  n  n  Y a todos los españoles que allí llegaron como refugiados o emigrantes y en ella consiguieron ayuda y refugio político para poner en marcha sus sueños y aspiraciones, y aliviar sus necesidades más acuciantes de entonces, pero además, estos redentores con bolsillo ancho y largo, fingiendo hoy descaradamente que ellos son “demócratas”, cuando en realidad son dos partidos hermanos y salidos de las entrañas comunistas compartiendo el mismo ADN y fin perverso de acabar con España y su libertad poniéndose al servicio de una logia comunista internacional que intenta hoy subvertir el orden constitucional y mundial e imponer su nuevo comunismo, disfrazado como socialismo del siglo XXI. 

Son los mismos que blanquearon a los verdugos de sus compañeros de partido, asesinados traicioneramente por ETA y argumentando aquella falacia y manida de moda (ya no mata…). Pero hacen algo mucho peor y cruel, no dejan vivir en paz a todo aquel que discrepe de ellos o se atrevan a condenar sus atroces crímenes. Lo más triste es constatar que estos verdugos son los compañeros de viaje del actual desgobierno. Tal vez aquí podamos encontrar la clave de este último dislate de negarse en el Congreso a condenar aquella cruel dictadura, hoy allí imperante, con consecuencias impredecibles para el orden mundial.

Fue Venezuela antaño, uno de los países que conjuntamente con México, recibió a más exiliados de la República en la época de Franco. Allí gozaron de la protección y ayuda de un dictador (Marcos Pérez Jiménez). Los que ellos dicen hoy, aborrecer si no son de su cuerda, dándose el lujo algunos de hacer proselitismo político y otros la gran mayoría, trabajar honradamente y compartían con la gran avalancha de emigrantes, en los años cincuenta y sesenta, su gran mayoría gallegos. Con muchos compartimos amistades y solidaridad. Viene a mi memoria lo vivido en persona recién llegado a la Escuela Naval Militar en el año 1958. El Economo era un exiliado y paisano de A Coruña, Maximiliano del Valle. Él había sido sindicalista en dicho puerto. Me invitó a una reunión que tenían periódicamente para venir a tumbar a Franco. Mi respuesta fue negativa, manifestándole que yo no había salido de España, huyendo de nadie, sí, buscando trabajo para satisfacer mis ansias de progreso, ayudar a mis padres y retornar lo más pronto posible a mi patria. Todo lo cumplí satisfactoriamente, menos el retorno que tuvo que esperar cincuenta largos años. Aquella su amenaza que tenía los días contados en el trabajo, no lo pudo cumplir fue el administrador Saúl Jiménez quién lo puso en su lugar y yo fui ascendido a cocinero de oficiales. MI venganza fue ayudar a un hijo suyo a ingresar en el Hotel macuto Sheraton 1963. Luego nos encontramos en un bar muy frecuentado y el dueño era un paisano y amigo común. Nos confundimos en un fuerte abrazo y me dijo: “tu me diste la bofetada más grande recibida en mi vida, ayudaste a mi hijo y yo intenté botarte del trabajo… Llegarás muy lejos, no tengo ninguna duda, tu progreso lo labraste con tu trabajo, constancia y humildad. Eres un ejemplo para toda la colonia y quiero pedirte perdón. No tengo nada que perdonarle. Todos cometemos equivocaciones y errores en la vida. me enseñaron que perdonar es una virtud cristiana. Guardar rencor es inhumano y cruel. Tuve noticias hace algún tiempo de su fallecimiento allí, QDP.

Viene a colación este pequeño ejemplo aquí expuesto por lo que hoy vive aquel entrañable y solidario país que ayudó a tantos españoles a rehacer su vida y salir de la pobreza. Lo que eternamente seguiremos recordando y agradeciendo. Mi difunta madres siempre me susurraba: La persona desagradecida es sinónimo de mal nacido, hijo, no caigas nunca en eso. Quienes hoy, desde las alturas del poder, desprecian e ignoran públicamente al triste situación que hoy vive Venezuela, son unos desagradecidos. Son los herederos de aquellos exiliados que también allí consiguieron trabajo y refugio político. Tal vez, algunos hoy, hasta financiamiento para el proyecto destructor de us poria patria a coste de la miseria que vive hoy Venezuela, unida a las penurias de los emigrantes españoles hoy retornados a su patria. Y a todos ellos les deberían pedir perdón. Pero parece ser esa palabra se extravió en su diccionario político donde solo existen como baluartes. El engaño, el odio, la envidia y el acoso descarado a lo más sagrado de una sociedad, la familia. Que duda tenemos hoy los españoles de que vienen a por nosotros para llevarnos a us huerto comunista. Amanecerá y veremos.