Cartas al director

2020

 Hay un cuadro de Caspar David Friedrich, “Caminante sobre un mar de nubes”, de 1818, que es el fiel reflejo de cómo debemos afrontar el año (y la década) que viene.
Leí una vez que cuando te haces mayor empiezas a ocultar más cosas de las que muestras, como si fueras un iceberg. Da un poco de vértigo pensar tan a largo plazo, la verdad. Un tiempo en el que además seremos mayores. Pero por otro lado, también creo que ser adulto es mucho mejor que ser niño: los mismos sueños de siempre, pero mayor capacidad y perspectiva para llevarlos a cabo. O lo que es lo mismo, traducido a la novela de caballería del siglo XVII: correr mundo, tener amores imposibles y deshacer entuertos. Todo esto es algo que solo te lo puede proporcionar el tiempo.
Y en esa dicotomía me muevo. Melancolía entusiasta, alguien dijo alguna vez. Creo que es el concepto perfecto, al menos en lo que a mí respecta. 
En cualquier caso, y sin enrollarme con más vaguedades, quiero aprovechar estas palabras para desear a todos los lectores de La Región la mayor felicidad posible, y que tenga mucha salud toda la gente que queréis. Un abrazo a todos y feliz año.