Cartas al director

Volveré a este Valle Miñor ¿Será verdad?

Esta frase de que volvería a nuestro Valle la decía aquel "turista solitario" madrileño que, año tras año, acudía a A Ramallosa en  donde se instalaba en su Citroën dos caballos a espaldas de la Capilla de San Campio, donde se sentía como en el mejor hotel para pasar los veranos.
Feliciano Barrera, como así se llamaba, los vecinos de A Ramallosa lo conocíamos como el turista solitario.
Comentaba Feliciano, primero las llanuras de Castilla, luego el verde de Ourense, las colinas de Pontevedra y sus famosas rías, finalmente la acampada en la orilla derecha el río Miñor en A Ramallosa. Su lugar de acampada en la  arboleda de San Campio, ese viajero, dabas las gracias y manifestaba su asombro por la belleza de Nigrán y todo el Val Miñor y sobre todo por la calidad humana que encontró y la entrañable amistad.
Decía, "soy un enamorado del Val Miñor y de sus gentes" y empezó a sentir "morriña" de esta terra meiga y más concretamente de los vecinos que se volcaron para atender a Feliciano como uno más. Formuló el propósito de volver en su furgoneta en la cual instalaba su cama, su cocina y una maleta en el parque de San Campio. Fue un gran defensor del Val Miñor.
Allá donde estés Feliciano Barreda, A Ramallosa no te olvida.