Cartas al director

La vejez joven y la esperanza de vida

 La esperanza de vida ha aumentado considerablemente en  España, hasta el punto de que somos, después de Japón, el país más envejecido del mundo, lo cual tiene varios significados. 
Esta circunstancia es una muy buena noticia en sí misma, pero si la analizamos en profundidad tiene varias lecturas, que bien orientadas, pueden resultar positivas.
El Instituto Nacional de Estadística, ante el promedio histórico que sitúa a las mujeres españolas como una de las más longevas, por encima de los 90 años de media, y de 87 en el caso de los hombres, se permite dar unos sencillos consejos para mantenernos en los primeros lugares del mundo en esta clasificación, que consisten básicamente en hacer ejercicio físico, en caminar o dar largos paseos  y básicamente, en ser felices.
Los dos primeros son relativamente fáciles de cumplir, pero el concepto de felicidad es algo más ambiguo y depende principalmente de la actitud de cada individuo ante sus circunstancias personales.
Hablaba de este tema con un grupo de amigos de las quintas del 42 y del 43, cercanos ya a los 80 años, y llegamos a la conclusión de que lo mejor que podemos hacer no es solo estar activos físicamente, si no, también, psicológicamente, para lo que es preciso sentirse joven mentalmente. 
Y espontáneamente surgió el concepto de vejez joven, que no es, ni mucho menos, un contrasentido. Significa, sencilla y llanamente, que podemos seguir cumpliendo años mientras el cuerpo aguante, pero que seremos infinitamente más felices si lo acompañamos de una actitud optimista y positiva ante cualquier circunstancia.
Así viviremos más y disfrutaremos mucho más de la vida.