Cartas al director

CARTA A LA CIUDADANÍA DE UN/A MÉDICO/A DE FAMILIA-PEDIATRA DE VIGO

 ¿Quién soy? ¿cuál es el trabajo que debo hacer?
Estoy aquí haciendo lo que siempre quise hacer, ser médico, eso que dicen una profesión vocacional. Estudié durante muchos años, y durante ese tiempo, los diferentes profesores y formadores, me han enseñado que nuestra principal MISION es: Curar al paciente, siempre que ello sea posible, aliviar su dolor y siempre estar a su lado para confortarle en   sus padecimientos.


Para poder lograr esto, o al menos intentarlo:
Los médicos debemos estar capacitados profesionalmente, esto quiere decir, tener nuestro título de medicina y después pasar 4 años formándonos como médicos especialistas.

No menos importante, debemos tener empatia con nuestros pacientes (comprenderlos y ponernos en su lugar), y poder atenderlos cuando lo necesitan.

Un famoso médico canadiense, nacido el siglo pasado decía ya por entonces: “Un médico para un buen ejercicio profesional debe prepararse científicamente y además de esto cumplir con las tres haches: humor, honestidad y humildad. El tener humor, cada vez es más complicado por las condiciones en las que nos hace trabajar el Sergas, los descalificativos que escuchamos continuamente en los medios de comunicación y el menosprecio con que nos trata. Lo que no nos falta es honestidad para denunciar la situación actual y humildad. 

Nuestra profesión, se rige por el Juramento Hipocrático y por el Código Deontológico. Uno de los artículos de obligado cumplimiento es el poner en conocimiento de nuestros superiores cuando algo no funciona adecuadamente, con el único fin de mejorar la asistencia que ofrecemos a nuestros pacientes. En el momento actual, nos encontramos en conflicto con nuestros dirigentes del Sergas, por defender, hasta las últimas consecuencias, todas las normas, obligaciones y directrices de la profesión médica.
Mientras nuestros directivos hablan de gasto, índices, ratios, productividad…, nosotros hablamos con nuestros pacientes de esperanza, curación, dolor, incertidumbre, miedo, ansiedad… y otro sinfín de sentimientos humanos.

A diario vivo con usted, mi paciente, situaciones que cada vez son más frecuentes, demasiado frecuentes, que le producen a usted angustia y preocupación, y a mí, impotencia de no poder solucionarlo, muchas le serán familiares: 

Dr. Dijeron que me llamarían para darme la cita del hospital y todavía no me han llamado..y ya han pasado 3 meses ¿Sabe Ud cuando me llamarán y para cuando me darán la cita?
Dr. Me ha pedido Ud. una cita de esas telemáticas para biopsiar un nódulo de tiroides y me la dan para dentro de siete meses. ¿Qué hago?
Dr. Me ha pedido el especialista una Colonoscopia para saber lo que tengo, me dijeron que me llamarían para darme la cita y todavía no me han llamado ¿no se puede hacer nada? ¿no sé dónde preguntar o donde llamar?
 Dr. Vengo poco, pero cuando vengo, aprovecho para consultarle todas las dudas, pero hoy hay mucho retraso y muchas urgencias no? ya no me atrevo a preguntarlo todo, ¿le dará tiempo? 
Dr. ¿Va a tardar mucho en volver de esa Urgencia que le ha mandado atender el 061 fuera del Centro? Es que ya llevo media hora esperando para su consulta y si tiene que salir, a saber a qué hora vuelve.
Dr. Me dicen en Admisión que la matrona lleva dos meses de baja sin sustituir y que escriba una hoja de reclamación ¿Qué puedo hacer? 
Dr, ¿es cierto que no hay pediatra para poner, ahora que se ha jubilado el de siempre?
Dr, vengo de urgencias porque mi médico está de baja desde hace 2 meses y no lo sustituyen, no me dan cita y cada vez que vengo me atiende uno distinto.

Estas y otras muchas situaciones similares son las que yo y mis compañeros compartimos con los pacientes diariamente en nuestras consultas. Debido al incremento en las listas de espera o retrasos en pruebas diagnósticas, muchos, aquellos que económicamente pueden, se dan de alta en un seguro privado o pagan una consulta médica y/o prueba complementaria. Creamos así una sociedad de desigualdades, en la que los que tienen un buen nivel económico acceden a la atención sanitaria en unas mejores condiciones que los que no lo tienen. Una sociedad injusta.

Pedimos disculpas por los perjuicios que estos dos días de huelga puedan ocasionar a la ciudadanía y a nuestros compañeros de los servicios de urgencias, sin embargo, hemos tomado la decisión de adoptar esta medida extrema ante la respuesta de nuestros actuales gestores: 

1. Negar las evidencias ante nuestras protestas.
2. Promesas vacías de compromiso.
3. Mentiras y ofensas dirigidas hacia el colectivo profesional, menospreciando nuestro quehacer y esfuerzo diario.
Se han tapado los ojos y oídos ante la situación real que tantas veces hemos expuesto a lo largo de los últimos años los profesionales de Atención Primaria y para lo que venimos pidiendo solución desde hace mucho tiempo, demasiado. 

Nuestros directivos del Sergas dicen que estoy solo en esta lucha, pero yo no me siento solo, porque usted, mi paciente, me acompaña.  

Como dice la canción: "No estamos locos, sabemos lo que queremos", una sanidad pública, universal e igual para todos.