Los voluntarios que rompen la soledad de los abuelos

Combatir la soledad de los mayores y ofrecerles una sonrisa y un poco de conversación son los objetivos de uno de los programas de la asociación Asdegal, que en Vigo cuenta con un equipo de voluntarios abnegados que no han dejado de acompañar a este colectivo en una de las etapas más duras de sus vidas como ha sido la pandemia. Este proyecto, que en la actualidad es de ámbito gallego, nació hace once años “alrededor de una mesa de cafetería en Vigo. Empezamos cuatro personas en una cafetería, con nuestro lema “Acompañando Soledades” queríamos cuidar a las personas mayores que necesitasen nuestra ayuda. Poco a poco se fueron sumando, amigos, vecinos, y empezamos a extender nuestro trabajo por la ciudad. Actualmente estamos en Redondela, Pontevedra, Santiago y A Coruña. Y tenemos una red de 450 voluntarios que quieren dar su apoyo a las personas que más lo necesitan”.

Aquel primer objetivo, acompañar a quienes transitan por la tercera edad sin otra compañía que sus recuerdos se han sumado otros proyectos y Asdegal ha ampliado su campo de actuación a la infancia, a las familias más vulnerables y al colectivo de inmigrantes.  Aunque ellas, la mayoría de las voluntarias son mujeres, aseguran que “sobre todo estamos abiertas a todas las necesidades que llamen a la puerta de nuestra ONG”. 

Para poder financiar todos los programas que tienen en marcha, y ante la imposibilidad de organizar actos presenciales por la pandemia, optaron por crear un “menú solidario” que durante varias semanas se ha repartido por media España “con lo mejor de la gastronomía gallega elaborada por Pazo Vilariño”. El coste íntegro del menú, 7 euros, se destinó para poder sufragar los gastos derivados de la atención a todas las personas que viven en soledad y que Asdegal atiende en diferentes puntos de Galicia y a las que llevan la compañía y el saber que no están tan solas. El proyecto de Acompañamiento de mayores es clave en nuestra ONG y queremos darle mayor valor en este momento. También para sensibilizar a la sociedad y que, si detectan algún vecino o vecina que necesite ayuda, que nos llamen porque nosotros estaremos siempre a su lado. reinventar en casi todos los proyectos para adaptarlos a las necesidades y las posibilidades de poder realizar un voluntario presencial u online, apostando por las cartas a los abuelos, las llamadas para conocer su situación o hacerles las compras.