La longevidad media tras la jubilación se incrementó en dos años, hasta cerca de los 87
nnn La esperanza de vida al nacer a finales del siglo XX era para los vigueses ya muy alta, de 79,46 años, siendo muy superior la de las mujeres, que llegaban a 83, por apenas 75 y medio de los hombres. En menos de 20 años, desde 2000 hasta 2018, el incremento ha sido espectacular: cuatro años más de media absoluta, hasta los algo más de 83 y medio actuales. Por tanto, cada cuatro años y medio avanza uno la expectativa vital. La serie continúa creciendo y no se atisba su final.
Un salto que en esta ocasión ha sido más largo para los varones, que en estas dos primeras décadas han avanzado su longevidad en cinco años, hasta los 80,6, pero muy lejos de las mujeres, que pese a haber sumado solo tres años más alcanzan los 86,5 años.
Los vigueses varones -y con ellos, dice la estadística- el resto de vecinos de la provincia, son los gallegos que a día de hoy más posibilidades tienen de tener una vida más larga y la brecha entre ambos sexos se ha acortado: en 2000 era de casi ocho años y ahora es de seis, todavía muy importante pero algo menos a medida que las posibilidades de vivir se alargan.
En todo caso, se trata de cifras impensables en casi ninguna otra parte del mundo que confirman que los españoles en general, y los gallegos en particular, están a la cabeza en esperanza de vida, sólo por detrás de Japón y por muy poco. En Galicia, la media pasó de 79,5 a 83,4 años.
Claro que dentro de Galicia las ourensanas son quienes ostentan el mayor récord, según las cifras del Instituto Galego de Estatística (IGE): en concreto, las mujeres de la vecina provincia alcanzarían 87,1 años, en tanto que los hombres “sólo” llegan a los 80,3, algo menos que los vigueses, curiosamente.
La estadística tiene una variante quizá más interesante, que se refiere a la esperanza de vida a partir de la jubilación estándar, es decir a partir d ellos 65 años, y por tanto, cuánto tiempo espera a quienes dejan la vida laboral. También ha crecido, en dos años y medio, desde 19,2 hasta 21,7: un jubilado vigués tiene esperanza de vida promedio de casi 87 años. Esta media es más real con respecto a la pirámide de población, ya que elimina de los datos a los fallecidos jóvenes, que hasta cierto punto distorsionan el resultado final.
El IGE anota una tercera estadística vital: con los vigueses que superan los 80 años, que también han visto extendida sus expectativas durante este siglo. En concreto, el incremento registrado por el instituto estadístico gallega ha sido de 8,7 años de media tras los 80 a alcanzar una supervivencia de 10,5 años, es decir, hasta los 90 cumplidos: es la primera vez.
Por edades, los hombres tienen un margen de vida de 9,2 años y las mujeres de 11,4, subiendo en ambos sexos sobre diez años atrás en casi dos años. Estos datos referido a los vecinos de Vigo y el resto de la provincia. En cuanto a la media gallega, es ligeramente superior en cuanto a los hombres, de 8,88 años, y algo inferior en las mujeres, de 10,4. Por territorios, de nuevo las ourensanas están en la cima de la pirámide: una octogenaria de Ourense podría vivir casi hasta los 92 años de promedio, frente a los 91 del resto de Galicia.
Un salto que en esta ocasión ha sido más largo para los varones, que en estas dos primeras décadas han avanzado su longevidad en cinco años, hasta los 80,6, pero muy lejos de las mujeres, que pese a haber sumado solo tres años más alcanzan los 86,5 años.
Los vigueses varones -y con ellos, dice la estadística- el resto de vecinos de la provincia, son los gallegos que a día de hoy más posibilidades tienen de tener una vida más larga y la brecha entre ambos sexos se ha acortado: en 2000 era de casi ocho años y ahora es de seis, todavía muy importante pero algo menos a medida que las posibilidades de vivir se alargan.
En todo caso, se trata de cifras impensables en casi ninguna otra parte del mundo que confirman que los españoles en general, y los gallegos en particular, están a la cabeza en esperanza de vida, sólo por detrás de Japón y por muy poco. En Galicia, la media pasó de 79,5 a 83,4 años.
Claro que dentro de Galicia las ourensanas son quienes ostentan el mayor récord, según las cifras del Instituto Galego de Estatística (IGE): en concreto, las mujeres de la vecina provincia alcanzarían 87,1 años, en tanto que los hombres “sólo” llegan a los 80,3, algo menos que los vigueses, curiosamente.
La estadística tiene una variante quizá más interesante, que se refiere a la esperanza de vida a partir de la jubilación estándar, es decir a partir d ellos 65 años, y por tanto, cuánto tiempo espera a quienes dejan la vida laboral. También ha crecido, en dos años y medio, desde 19,2 hasta 21,7: un jubilado vigués tiene esperanza de vida promedio de casi 87 años. Esta media es más real con respecto a la pirámide de población, ya que elimina de los datos a los fallecidos jóvenes, que hasta cierto punto distorsionan el resultado final.
El IGE anota una tercera estadística vital: con los vigueses que superan los 80 años, que también han visto extendida sus expectativas durante este siglo. En concreto, el incremento registrado por el instituto estadístico gallega ha sido de 8,7 años de media tras los 80 a alcanzar una supervivencia de 10,5 años, es decir, hasta los 90 cumplidos: es la primera vez.
Por edades, los hombres tienen un margen de vida de 9,2 años y las mujeres de 11,4, subiendo en ambos sexos sobre diez años atrás en casi dos años. Estos datos referido a los vecinos de Vigo y el resto de la provincia. En cuanto a la media gallega, es ligeramente superior en cuanto a los hombres, de 8,88 años, y algo inferior en las mujeres, de 10,4. Por territorios, de nuevo las ourensanas están en la cima de la pirámide: una octogenaria de Ourense podría vivir casi hasta los 92 años de promedio, frente a los 91 del resto de Galicia.
