El tiempo de confinamiento no fue fácil, “sobreviví al coronavirus. Yo lo pasé asintomática pero mi familia estuvo ingresada en hospital”. Después de ese duro golpe, llegó el segundo. El martes cogía el Alvia desde la estación viguesea.
“El viaje estaba siendo muy tranquilo, cuando de repente, todo empezó a tambalearse, como unas fuertes turbulencias de avión. Comenzaron a caerse las maletas y la gente se puso nerviosa, se oían gritos”, relataba a este diario. Malores recordaba cómo “noté que el tren descarrilaba que iba por tierra y por la ventana vi que se acercaba a una valla y había una nube de polvo. Después se paró. Tuve un momento de shock”. Esta viguesa viajaba en el cuarto vagón, “el primero dio varias vueltas de campana, el segundo volcó y en el tercero y cuarto hubo bastante impacto”. Según explicaba “el peor momento fue cuando todo se quedó a oscuras. No sabíamos que había pasado y qué teníamos que hacer, la gente estaba muy nerviosa intentado salir. Todos abandonamos el vagón y luego nos recogieron en autobús para llevarnos a la estación de Zamora y subir a otro tren hacia Madrid. Fue todo muy rápido, no fui muy consciente de lo ocurrido hasta llegar a casa, cuando me derrumbé. “Después de todo lo que me ha pasado, creo que puedo superar cualquier cosa”, explicaba.