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Vigo sueña con ser destino culinario de la Unesco

A Festa do Polbo, en el Monte dos Pozos, es una cita clásica.
photo_camera A Festa do Polbo, en el Monte dos Pozos, es una cita clásica.

Una empresa ya redacta la candidatura a Ciudad Creativa Gastronómica por 14.000 euros

Vigo quiere ser reconocida internacionalmente por sus atractivos turísticos. Si primero fueron las islas Cíes, que se presentaron oficialmente como aspirante a Patrimonio Natural de la Humanidad, ahora es la gastronomía la que llama a la puerta del organismo internacional. Así, desde el Concello encargaron a la empresa Proxespla S.L. la redacción de la candidatura como Ciudad Creativa Gastronómica de la Unesco. Cuenta para ello con un prespuesto de 14.068, 83 euros.
Entre las cartas con las que juega está contar con uno de los trece restaurantes Estrella Michelín que hay en Galicia. Así, Maruja Limón, con Inés Abril y Rafa Centeno, al frente, ofrece desde 2001 cocina de autor y cuenta además con dos soles Repsol.
En un ámbito más general, el tratamiento casi artístico entre fogones queda reflejado a lo largo del año con la convocatoria de variados concursos de tapas por barrios. Con precios populares, introducen e inculcan  la cultura de la alta cocina entre los consumidores. De los siete con mayor repercusión, el del Casco Vello, que se celebra en octubre, es el pionero en este campo. La buena acogida y el pulo que generó entre los locales propiciaron que otras zonas se animasen como O Calvario, que también en octubre, celebró su quinta edición. Teis hace lo propio en septiembre, proponiendo cuatro rutas diferentes con 17 locales en total. Mientras As Travesas tapea a principios de verano por los establecimientos asociados a Aetravi, los bares del entorno de Rosalía de Castro cocinan sus pinchos en a finales de año. Las marcas comerciales de cervezas y vinos también ven en esta actividad una buena forma de promoción y apoyan competiciones gastronómicos de pinchos como Saborea Vigo, que movilizó 37 propuestas por toda la ciudad. Sin embargo, la principal cita con el tapeo es en junio con el Petisquiño, una iniciativa organizada desde la propia Federación Provincial de Hostelería, que este año implicó a 60 fogones, repartidos por toda la ciudad.
La repostería creativa es otro de los fuertes de la ciudad, con cerca una veintena de establecimientos especializados y blogs con propuestas personales. En 2013 se organizó el primer y único salón monográfico “Vigo Cake”.
El amplio abanico de fiestas gastronómicas de la ciudad se suma los méritos de Vigo para ser considerado por la Unesco un destino gastronómico. Hay trece encuentros a lo largo del año. A las ya tradicionales, Festa do Cabazo, do Pan de Millo, ambas en Cabral; da Sidra, en Bembrive; do Polbo, en Cabral y en Monte dos Pozos; do Mexilón en Castrelos; da Sardiña, en A Guía; el Xurelo, en Cabral o la Cereza en Beade, se unen las de nueva creación, Festa dos Callos, en Castrelos; do Porco ao Espeto, en Lavadores; da Cebola, en Teis, y la dedicada al ciclo de maíz en Matamá (Sementeira y Recolleita).

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