EL PRIMER VIGO HISTÓRICO

"El Vigo romano es asombroso"

Tumbas y otros vestigios
photo_camera Tumbas y otros vestigios
El yacimiento arqueológico de Rúa Oliva confirma que la extensión de la antigua villa era mayor de lo esperado

  Juan Castro, responsable de Anta de Moura, la empresa que más trabaja en el ámbito de Vigo en excavaciones arqueológicas, reconoce que está asombrado con la sucesión de descubrimientos sobre el pasado remoto de la ciudad, su primera historia: sólo en Lugo han aparecido más restos romanos en Galicia. Un salto relativamente reciente: todo cambió a partir de los años noventa, con la urbanización de Rosalía de Castro.
La última aparición estelar ha sido en la excavación en la Rúa Oliva del antiguo Palacio del Marqués de Valladares, el mayor edificio del Casco Vello, donde Anta de Moura tuvo que realizar una inspección previa antes de autorizarse la obra. Y en la misma, de nuevo el “gordo”: más restos romanos y no irrelevantes, sino bien conservados y con la enésima confirmación de que la villa romana  no era una aldea sino un centro industrial con una población relevante y durante siglos. Lo hallado fue trasladado a Castrelos, donde ya hay otras piezas de la misma época como las estelas funerarias, a la espera de que se pueda exponer en un lugar apropiado. 
Explica Juan Castro que estuvieron a lo largo de 2016 excavando en varias fases de enero a agosto. "Es una actuación compleja porque hubo que hacer trabajos complementarios de seguridad para seguir avanzando. El proceso arqueológico finalizó ese año, con la resolución final de Patrimonio de Galicia de levantar la cautelar arqueológico y permitir las obras sin condicionantes. Agotamos el registro arqueológico hasta llegar a la roca", asegura el responsable de Anta de Moura. 
El proceso administrativo concluyó con el informe de la arqueóloga municipal y el posterior de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de Galicia. Fueron tres largos años que demoraron el inicio de las obras de reforma integral del Pazo de Marqués de Valladares, que ahora avanzan con la vista puesta en finalizar dentro de algo más de un año con un edificio que será público y privado.
La clave de lo hallado en el Palacio de Marqués de Valladares, explica, reside en que mientras muchas rehabilitaciones no permiten documentar nada de momento anteriores, la propia fisionomonía del Casco Vello hace que se hagan desmontes para la zona de construcción. Aquí el elemento clave fue la parte trasera del pazo, el jardín, donde había rellenos para tener un nivel como la parte baja y eso permitió conservar restos de distintos momentos, siendo lo más singular el cementerio de época romana. "Supuso un cambio radical, porque los hallazgos de tumbas eran mínimos hasta ahora, sólo se habían encontrado las de Rosalía de Castro", afirma. "Aquí tenemos una necrópolis de entidad y eso significa mucho en la escala de la población del Vigo romano, por todo ello es importante". También se hallaron restos medievales, del siglo XII, como vestigios de las iglesias antecedentes a la Colegiata, pero el edificio de más interés histórico fue la necrópolis romana.
Aclara que lo localizado en la excavación, sobre todo la cerámica, y tres de las tumbas, se depositó en el museo municipal de Castrelos. De una de ella se hizo un desmontaje pieza a pieza para su traslado y que pueda montarla el museo cuando quiera. En cuanto a otros restos, ironiza, "están hechos polvo, son la ruina de la ruina"."El espacio de un centro histórico supone cientos de años de uso del mismo espacio siglo a siglo año a año que van destruyendo lo que hay anterior. Por eso aparecieron cimentaciones y muros de los siglos XVI y XVII", explica.
Castro también participó en otras excavaciones en Vigo. Una muy llamativa es la de Marqués de Valladares: ¿es un depósito de garum, la salsa romana elaborada con pescado y sal? "No hay seguridad, salazón de pescado sí, y es probable que también hubiera producción", responde. Juan Castro y su equipo llevaron a un congreso a Cádiz una propuesta de que estábamos en Vigo ante uno de los grandes núcleos industriales de sal y salazón. "Allí en el sur donde hay fábricas de salazones se quedaron alucinados con el tamaño de las piletas y la zona industrial. Las rías eran fértiles, traían nuevas técnicas. Con el volumen y lo que sabemos de las factorías localizadas confirmamos una actividad industrial". Y esto no acaba ahí. En el último tramo de Rosalía  de Castro también aparecieron grandes depósitos con decantación y el ciclo en tanques. 

El Casco Vello: 2.000 años de historia continua

 Uno de los descubrimientos en el edificio de la Rúa Oliva es que la antigua villa romana se extendía desde Areal hasta el actual Casco Vello, donde ha habido presencia humana continuada: hay vestigios de la época antigua, de la Edad Media, de la Moderna y lógicamente de la Contemporánea. Reconoce Juan Castro que la intervención histórica fue interesante, por cuanto se constata que hubo una continuidad del uso de esa parcela en 2.000 años "y fue romana, medieval, moderna y contemporánea, una tras otra". Destaca el arqueólogo que  es algo que resulta relativamente frecuente en un centro histórico, donde el poblamiento se perpetua durante cientos de años aunque no siempre conservando elementos anteriores. Y mucho menos con la calidad e importancia de lo hallado.

Tumbas y otros vestigios

En la foto, las excavaciones realizadas por Anta de Moura en la finca del Palacio de Marqués de Valladares, en la Rúa Oliva, donde se hallaron tumbas romanas y otros vestigios de varios momentos históricos, confirmando que hubo una continuidad desde el siglo I hasta la edad contemporánea. La obra civil está ahora en marcha.

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