Abre en la ciudad la primera tienda de alimentación de dulces y salados árabes. Su propietaria, con tan sólo 18 años, elabora ella misma los pasteles, panes y platos específicos, en un negocio pionero
Todos los años su madre se encargaba de elaborar la sopa Harira o sopa marroquí del Ramadán, para llevar tras el ayuno y fue a ella a quien se le ocurrió la idea de poner en marcha un negocio específico de este tipo de productos. Lo cuenta Wisal, la propietaria de la primera tienda de alimentación árabe de Vigo y, probablemente de Galicia. Abrió hace muy poquito en la calle Gregorio Espino, a escasos metros de la mezquita y asegura que “de momento está teniendo buena acogida”.
El interés no sólo llega por parte de la comunidad musulmana sino también por los vecinos de la zona. “Hay clientes que vienen a preguntar por los dulces o por el pan, incluso personas celiacas”, asegura esta joven emprendedora. Ella misma elabora tanto “dulces como salados según las peticiones que tenga por lo que puedo modificar el tipo de ingredientes si hay alguna intolerancia”, explica.
Wisal confía en que su establecimiento se convierta en un punto de referencia para las distintas celebraciones de la comunidad musulmana donde algunos productos, que antes tenían que importarse elaborados o hacerse en casa, son “fundamentales” pero también como “plataforma para dar a conocer otros sabores más desconocidos entre los vigueses” que hasta ahora se ceñían a los restaurantes especializados. De hecho, hay platos cada vez más frecuentes en la dieta mediterránea cuya elaboración es típica marroquí como el cuscús. “Mucha gente cree que es fácil de cocinar pero pocos saben que en su elaboración se emplean más de dos horas”, sostiene.
En plena crisis por la pandemia, Wisal (natural de Marruecos pero que lleva desde pequeñita en Vigo) confía en salir adelante, “tendría que adaptarme con pedidos a domicilio en caso de otro confinamiento”. Su apertura coincide también con la de una cafetería donde se ofrece la posibilidad de probar bebidas y dulces árabes.
El portavoz del Centro Islámico de Vigo, Abdulraheem Uzairi, aseguró que la apertura de negocios se encuadra dentro de la normalidad de una ciudad en crecimiento y corrobora además las buenas relaciones de una comunidad que lleva más de 30 años integrada en la ciudad. “Los vecinos acogieron muy bien la inauguración de la nueva mezquita y del centro, que está abierto para todos los vigueses”, señalaba. Por su parte, en el entorno algunos vecinos que pasaban por establecimiento valoraban de forma positiva la nueva oferta, “es interesante conocer otros sabores”, afirmaba una residente, quien añadía que “además es una buena noticia que en esta situación tan delicada, con cierres, haya aperturas”.n
El interés no sólo llega por parte de la comunidad musulmana sino también por los vecinos de la zona. “Hay clientes que vienen a preguntar por los dulces o por el pan, incluso personas celiacas”, asegura esta joven emprendedora. Ella misma elabora tanto “dulces como salados según las peticiones que tenga por lo que puedo modificar el tipo de ingredientes si hay alguna intolerancia”, explica.
Wisal confía en que su establecimiento se convierta en un punto de referencia para las distintas celebraciones de la comunidad musulmana donde algunos productos, que antes tenían que importarse elaborados o hacerse en casa, son “fundamentales” pero también como “plataforma para dar a conocer otros sabores más desconocidos entre los vigueses” que hasta ahora se ceñían a los restaurantes especializados. De hecho, hay platos cada vez más frecuentes en la dieta mediterránea cuya elaboración es típica marroquí como el cuscús. “Mucha gente cree que es fácil de cocinar pero pocos saben que en su elaboración se emplean más de dos horas”, sostiene.
En plena crisis por la pandemia, Wisal (natural de Marruecos pero que lleva desde pequeñita en Vigo) confía en salir adelante, “tendría que adaptarme con pedidos a domicilio en caso de otro confinamiento”. Su apertura coincide también con la de una cafetería donde se ofrece la posibilidad de probar bebidas y dulces árabes.
El portavoz del Centro Islámico de Vigo, Abdulraheem Uzairi, aseguró que la apertura de negocios se encuadra dentro de la normalidad de una ciudad en crecimiento y corrobora además las buenas relaciones de una comunidad que lleva más de 30 años integrada en la ciudad. “Los vecinos acogieron muy bien la inauguración de la nueva mezquita y del centro, que está abierto para todos los vigueses”, señalaba. Por su parte, en el entorno algunos vecinos que pasaban por establecimiento valoraban de forma positiva la nueva oferta, “es interesante conocer otros sabores”, afirmaba una residente, quien añadía que “además es una buena noticia que en esta situación tan delicada, con cierres, haya aperturas”.n
