LULA GOCE Artista urbana que triunfa en Vigo y a nivel internacional

“En Vigo, en formato vertical y de gran tamaño, me apasiona trabajar así”

Luce Goce, ante su último mural en Vigo, elegido el mejor del mundo.
photo_camera Luce Goce, ante su último mural en Vigo, elegido el mejor del mundo.

nnn Lula Goce no para. Acaba de finalizar el gran mural en Nigrán y ya prepara su viaje a Bruselas para su nuevo encargo, una obra con motivo del 75 aniversario de la ONU. Artista, licenciada en Bellas Artes en Salamanca y doctorada en Creación Artística en Barcelona, cuenta con murales urbanos en distintos puntos del planeta: Nueva York, Bélgica, Irlanda y también Vigo, donde firma dos de las medianeras más aplaudidas en la Curva de San Gregorio y desde este verano, en A Florida. Natural de Baiona, compartió con los lectores de Atlántico sus impresiones ante los últimos reconocimientos recibidos.

Hace apenas unos días que finalizó su última obra en Nigrán, más de 200 metros cuadrados en el muro del cementerio. ¿Cómo se afronta un proyecto así?
Fue muy bonito. Tuve en cuenta la dualidad entre el cementerio y una escuela infantil que situada enfrente. Está entre el estadio de la vida y el final, el de la muerte. Tuve mucho tiempo para pensar en este proyecto. Por una serie de contratiempos con las grúas, se retrasó el inicio y eso me dio tiempo a repensarlo, algo que no es habitual y me gustó porque pude corregir algunas cosas.
Los rostros escogidos muestran la diversidad de la humanidad. ¿Es una elección intencionado?
En este mundo tan convulso, pero también globalizado quería mostrar esa diversidad. Es un mensaje de respeto hacia las otras culturas, siempre que no vayan en contra de los derechos humanos. Creo que la diversidad es una riqueza del ser humano. Al estar frente a una escuela tiene mayor importancia, porque todo empieza ahí, los niños son el futuro.
Su última aportación a las medianeras de Vigo, en A Florida, fue elegida como el mejor mural del mundo. ¿Cómo sienta una distinción por votación popular?
Ahora con las plataformas digitales nuestro trabajo tiene mucho eco y en esta (‘Street Art Cities’) siempre que publico algo lo recogen. Sus seguidores escogieron por votación mi mural como el mejor del mundo de este mes. Es el reconocimiento al esfuerzo, muy gratificante sobre todo por tratarse de esta obra que para mí tiene un significado especial. Es en Vigo, en vertical y de gran tamaño. Me apasiona trabajar así.
¿Logró ser profeta es su tierra?
Es una pasada notar el apoyo en las redes sociales. Lo cierto es que el primer reconocimiento vino de fuera y luego ya se me valoró en casa. También supone una mayor presión. Me preocupa más lo que piense la gente que me conoce.
Ahora tiene obra también en su concello, Baiona. ¿Qué piensa su familia cuando sale a la calle y se encuentra con una creación suya?
Mi padre ya murió, pero mi madre está encantada de ver mis murales. Ya forman parte de su vida, le gusta compartirlos y comentarlos, aunque también hace alguna crítica o algún comentario cuando estoy trabajando. Mi familia está totalmente involucrada con mi trabajo en la calle y en el taller. Mis hijos y mi marido viven con ello. Para los niños es una maravilla, cuando vienen a verme mientras pinto, los subo a la grúa y se lo enseño. Es algo natural. A veces hablan de mi trabajo en su clase. Para mí es un honor y me gusta que tengan este ejemplo, el de una mujer que le va bien en lo que hace.
Ya le ha llegado su próximo encargo, un mural en Bruselas por el 75 aniversario de la UNO. ¿Preparada para viajar?
El proyecto está sobre la mesa y estoy pendiente de cerrar la fecha según vaya la pandemia. El boceto está hecho y aprobado. Por un lado tiene temática ecológica y por otro me inspiré en los retratos flamencos de Van Eyck como guiño a su tradición artística. Es una pared vertical algo más pequeña que la de Vigo. Es un espacio muy bonito en la Biblioteca Nacional de Bruselas.
¿Cómo llegó al arte urbana?
Creo que forma parte de mi trayectoria. Siempre trabajé con ese carácter efímero, no solo en los murales, sino también en la obra en papel con rotuladores. El director de un festival de arte urbano en Bruselas me localizó a través de instagram y ahí hice mi primer mural de gran formato. Detrás hay mucho trabajo, es una carrera de fondo. Pero también me veo en salas de exposiciones, de hecho participo en una muestra colectiva en diciembre en Berlín. Expongo menos de lo que me gustaría. Son formatos diferentes.
¿Y qué se siente cuando una construcción amenaza un mural como el de la curva de San Gregorio?
Si lo miro desde mi implicación personal, me gustaría que durase más. Surgió para reivindicar una zona verde. Yo lo tengo registrado, los que más pierden son los vecinos de allí. En parte está asumido esa parte efímera del trabajo de calle. El otro día me mandaron un vídeo de un mural mío destrozado en la zona cero del barrio Cabanyal, en Valencia. Ese final forma parte de la belleza de los murales urbanos. En Vigo se desbloqueó el urbanismo y se va a construir en ese solar. Los espacios de la ciudad son muy cambiantes, pero de todas formas creo que habría que preverlo antes. Si la comunidad de vecinos tiene que firmar una cesión de la pared por diez años, Urbanismo también debiera hacerlo. Más que nada por no tirar el dinero público. Fue un trabajo muy bonito y social, donde el vecindario se implicó. Era curioso ver la reacción de la gente, al principio un poco escéptica, pero después les gustó. Por lo menos la nueva construcción creo que contempla zona verde que era parte de la reivindicación.n

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